Parto humanizado
Lupita Rodríguez Martínez

Monterrey.- El pasado 8 de marzo, la Sectorial de Mujeres del Partido del Trabajo, las Ligas Femeniles del Frente Popular ‘Tierra y Libertad’ y diversas organizaciones de mujeres de Nuevo León, se dieron cita en la Explanada de los Héroes para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, en una jornada multitudinaria, donde los pronunciamientos y las demandas se dieron a conocer por las oradoras que llevaron la voz de las mujeres.

También las mantas y pancartas expresaban: ¡Alto a la Violencia contra la Mujer! ¡Exigimos el Derecho a un Parto Humanizado! ¡Eliminar impuestos a adultas mayores, viudas, madres solteras! ¡Paridad en la Cuota de Género! ¡Igualdad, Equidad y Justicia para el Género Femenino! Estas y muchas más fueron coreadas por las más de dos mil 500 asistentes, entre estudiantes, profesionistas, trabajadoras, comerciantes, colonas y amas de casa.

Previo a este acto, el 5 de marzo se efectuó la Conferencia Nacional de la Sectorial de Mujeres en la Ciudad de México, a la cual asistieron delegaciones de las 32 entidades, elaborándose una Agenda de Trabajo con un total de 37 demandas, las cuales serán el Plan de Acción de la Sectorial. Los pronunciamientos unánimes fueron a favor de la paridad de género o cuota del 50-50; la lucha por un parto humanizado, libre e informado; la movilización nacional contra la privatización de Pemex y la CFE; contra todo tipo de violencia de género; la marcha y la unidad para conquistar más espacios en lo político, laboral, educativo, económico, social, en el hogar.

Cabe destacar que la Sectorial de Mujeres hizo propia la demanda que millones de mujeres en el mundo están enarbolando por transformar las prácticas del parto, sin desconocer los aportes de la ciencia médica, pero sí considerando las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y la Norma Oficial Mexicana NOM-007-SSA, que establecen que la práctica de cesáreas sea hasta un máximo del 10% en hospitales generales y de un 15% en hospitales especializados. Actualmente México ocupa el cuarto lugar mundial en cesáreas, porcentaje que rebasa estas recomendaciones.

La meta del 5° Objetivo del Desarrollo del Milenio es reducir 75% la tasa de mortalidad materna por cada 100 mil nacidos vivos, pero en México desde hace 15 años mueren en promedio más de mil 200 mujeres por complicaciones en el embarazo y parto, causa por la cual esta demanda toma fuerza. Tan grave situación nos lleva a luchar por la gran causa a favor de un parto humanizado, el cual demanda una práctica no violenta en todo el proceso de atención del embarazo, parto y nacimiento, que asegure el respeto a los derechos humanos fundamentales, así como los derechos reproductivos y sexuales de las mujeres, parejas y bebés, reduciendo complicaciones perinatales, la mortalidad materna y los costos de asistencia médica.

El movimiento a favor del parto y nacimiento humanizado surge como respuesta a la deficiente atención al embarazo y parto que reciben millones de mujeres en México y en el mundo, hecho que ha demostrado ser uno de los principales factores responsables de las morbilidad y mortalidad materna, junto con la discriminación de género, etnia, raza y clase, así como la causa principal de la violación de los derechos reproductivos y sexuales de las mujeres y de la falta de acceso a las unidades de salud, todo lo cual ha sido documentado por estudios recientes del Instituto Nacional de las Mujeres.

Esta demanda además se fundamenta en las recomendaciones de la OMS, con base en las evidencias científicas y estudios comparados, las cuales sugieren que la atención del embarazo y el parto debe ser integral, no medicado, apropiado culturalmente, centrado en la familia, respetuoso de los derechos y la dignidad de la mamá y del bebé.

La atención humanizada se funda en la valoración afectiva-emocional, deseos y necesidades de sus protagonistas: madre, padre y recién nacido. Se construye a partir del derecho y la libertad de las mujeres y sus parejas a tomar decisiones sobre dónde, cómo y con quién parir, uno de los momentos más determinantes para sus vidas. Además, se promueve el derecho al acompañamiento por la pareja o la persona de confianza durante el parto; la libertad de movimiento y de posición durante el trabajo de parto; el contacto inmediato al nacimiento, piel a piel entre la madre y el bebé; el uso restrictivo y voluntario de la episiotomía en partos vaginales sin complicaciones y, la oposición al pinzamiento y al corte inmediato del cordón umbilical.

Por ello, de esta lucha surge el planteamiento de promover reformas a la Constitución y a la Ley de Salud, para garantizar el respeto a este derecho fundamental de las mujeres; es decir, el derecho a tener un parto y nacimiento humanizado, libre e informado.