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1537 18 Marzo 2014

 

ANÁLISIS A FONDO
Una limosnita, por piedad
Francisco Gómez Maza

Seguro, el seguro de desempleo
Y también la pensión universal

Ciudad de México.- Los mexicanos somos regateros. Todo, en México, se hace a medias. La morcilla la hicimos moronga; y los políticos, la “representación nacional” que sólo se representa a ellos mismos, son los más barateros de esta rusticatio mexicana.

El más reciente caso es la dádiva que están a punto de legalizar para los trabajadores que son echados de su fuente de empleo. Que se quedan en calzones y a mitad del arroyo. Quieren imitar a los epulones que riegan migajas en el suelo para sus perritos.

Cuántos mexicanos se debaten entre la pobreza y el desempleo, o entre el empleo injusto y la pobreza. Sólo hay que dar un vistazo a las legiones de seres humanos inconexos, de ojos de perrito muerto de hambre, que se montan en los carros del ferrocarril urbano, que por cierto está haciendo agua con la transa de constructores y gobernantes de la Línea 12 del metropolitano. Acá le llamamos Metro.

Pinchurriento salario mínimo que aprobarán, quizá este martes 18, los diputados de la LXII Legislatura. Y se cubrirán de gloria porque, hasta ahora, gobiernos iban y venían, y los desempleados subsistían (subsisten) de puro milagro. Ese pinchurriento salario mínimo seguramente les servirá para vivir. Tiene que ajustarles. No hay de otra sopa. Desempleados, sólo están al arbitrio de quien, entre los parientes, se compadezca de ellos. Ahora, por lo menos, tendrán alguito. Menos empleo, porque la situación económica del país no da para más. Bueno, sí da para los más ricos. Para los ricachones. Y para los políticos, por supuesto.

Según la contabilidad oficial del Instituto Nacional de Geografía y Estadística, el desempleo alcanzó casi los 3 millones de personas, en el tercer trimestre del año pasado. No hay cifras oficiales del año que está corriendo a la velocidad de la luz.

Pero tan grave es la situación de la economía llamada formal, la que paga impuestos al Sistema de Administración Tributaria, que legiones de trabajadores desempleados se han tenido que refugiar en la economía subterránea, la que no paga impuestos. El año pasado, y mejor dicho en los primeros nueve meses, todas las modalidades de empleo informal sumaron unos 30 millones de personas. O sea, el 60 por ciento de la población ocupada, también según la poco creíble contabilidad del INEGI. No sé por qué no le creo a los medidores oficiales. Por qué será...

Pero bueno, esos 30 millones de desempleados y que ganan una piscacha en la economía informal, no están inscritos en el seguro social, no tienen servicio médico y menos las otras pinchurrientas prestaciones, y menos derecho a la jubilación. Por lo tanto, no serán sujetos del seguro de desempleo. En el seguro hay inscritos unos 14 millones nada más. Digamos que están asegurados.

En fin, que los diputados ya decidieron, no obstante que, como ocurre siempre, hay descontento entre patrones y trabajadores con el seguro de desempleo. “Sale Beltrones en defensa del seguro de desempleo”, es el titular de Análisis a Fondo Diario. Asegura Manlio Fabio Beltrones que la pensión universal y el seguro de desempleo “son las medidas de mayor trascendencia social en lo que va de la presente Legislatura.” Y no dudo de que el sonorense esté convencido totalmente de que sus diputados están haciendo lo que deben hacer para mover a México, para que México ingrese de lleno en el club de los países de economía boyante, de pleno empleo. No lo dudo. Pero...

Siempre hay un pero que nubla la vista de los periodistas que cubren las sesiones de la Cámara de Diputados y del Senado de la República.

fgomezmaza@analisisafondo.com
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