20 años de un proyecto vigente
Pablo Vargas González

Pachuca.- A 20 años de la muerte de Luis Donaldo Colosio Murrieta, aún no hay un veredicto final de las autoridades, ni gubernamentales ni judiciales, de la autoría del crimen político y casi magnicidio, como en el caso de J.F. Kennedy en EUA; las investigaciones están congeladas, porque no sólo apuntan hacia la cima del poder, sino hacia el mismo régimen de poder. Mientras tanto, el proyecto de cambios propuestos por Colosio sigue intacto y de gran actualidad, esperando un liderazgo que lo pueda realizar.

Después de dos décadas, lo que permanece son las ideas y los postulados del hombre político. El punto principal es el discurso del 6 de marzo de 1994, marca el parteaguas en el relevo ritual del poder, a unos meses de ser electo en las urnas. Colosio habló ante la clase política oficial mexicana de dos de sus grandes ejes de acción: la política hegemónica y la pobreza. Ambos los conocía bien, como líder del PRI y como secretario de desarrollo social.

Para la primera proponía la reforma del Estado y de las instituciones; no hay que olvidar que después de las elecciones presidenciales de 1988, tan denostadas y conflictivas, Colosio reconoció el triunfo del PAN en Baja California, un año más tarde. Para la segunda, proponía una serie de nuevas políticas públicas, para la atención de los grandes problemas sociales; siendo economista formado en universidades norteamericanas, tenía una visión distinta a lo que es el crecimiento y el desarrollo.

El discurso de Colosio en el Monumento a la Revolución de la ciudad de México, un día clave para conmemorar el 65 aniversario del PRI, fue tajante y claro, pero tal vez eso fue lo que atemorizó a ciertos sectores de la clase política (grupos de poder económico, grandes sindicatos y corporaciones), que sintieron amenazados sus intereses y privilegios. Iniciaba el rompimiento con la vieja política y con decisiones ineficaces. Es toda una declaración de cambio para México, no lo dejaron. Quebraron el sueño y la oportunidad.

Lo que sí ha sido cierto, es que el proyecto neoliberal, profundizado por Salinas de Gortari, sigue campante; ni Zedillo, ni los fallidos gobierno de la alternancia tocaron los grandes temas: pobreza y democracia. En 20 años de la muerte de Colosio, no sólo sigue intacto su proyecto de trasformaciones económicas y políticas para el país, sino que además la sociedad tiene un veredicto: no fue un “asesino solitario”, fueron sus enemigos políticos y fueron los que enarbolaron un proyecto de desarrollo que hoy se sigue imponiendo.