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1568 30 Abril 2014

 

Economía distorsionada
Samuel Schmidt

Ciudad de México.- Un vendedor de semillas en un puente internacional de Ciudad Juárez dice que le conviene más esa actividad que trabajar de asalariado en una planta; gana más, está al aire libre y no tiene que tolerar a un supervisor.

La economía informal crece mucho más rápido que la economía formal; la informal se enlaza con la ilegalidad, ya sea que vendan productos de contrabando, que vendan productos pirata, y de paso que afecten la circulación de peatones y vehicular en muchas calles. En el eje vial de la Ciudad de México que cruza la Lagunilla y Tepito, de los cuatro carriles es común que cierren hasta tres.

Un empresario contrabandea mercancía que coloca en el metro de la Ciudad de México por medio de vendedores ambulantes. El gobierno crea un programa para retirar a los vendedores a cambio de becas que deben entrenarlos para que puedan emplearse, aunque el mercado está colapsado.

Unas semanas después de entrar en vigor el programa llegan nuevos vendedores que actúan con discreción para que no los detenga la policía. Si no encuentran empleos los capacitados, ¿volverán al metro? Nadie toca al contrabandista.

La economía agrícola, que servía en buena medida para el autoconsumo, se ha derrumbado, somos el principal país importador de granos en el mundo y no producimos la dieta nacional. Uno podría dejar de producir maíz e importarlo, siempre y cuando el país produjera productos de exportación para equilibrar la balanza comercial, pero el déficit de la balanza comercial agrícola crece más rápido que la balanza comercial en general.

El gobierno es reacio a equilibrar la entrada de productos agrícolas desde Estados Unidos aunque ellos lo hacen para proteger sus productos; el caso de la manzana que hace unas semanas entró en crisis mostró lo incongruente de una política comercial que no busca proteger al productor nacional. Al consumidor tampoco se le protege, en ocasiones entran al país productos caducos y de baja calidad.

La pobreza que se supone debió haberse reducido a partir de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, ha aumentado; México tiene el deshonroso lugar de ser el único país en América Latina donde la pobreza no se reduce. Tal vez no aumenta más la pobreza gracias a la expulsión de una enorme cantidad de personas que envían dinero que ayuda a paliar los efectos de la pauperización incontenible en el país.

Durante años el gobierno ha generado una campaña que invita a la gente a emprender sus propios negocios, ¿por qué la campaña no es efectiva? ¿Qué tantas posibilidades de impacto real tiene una campaña que no se acompaña con recursos y asesoría? Considerando el nivel de escolaridad que tenemos en el país y la pobreza, las posibilidades que tenga alguien para crear empresas son limitadas; si a eso le agregamos que nos condena a no avanzar el papeleo absurdo y la tramitología exacerbada que inventa la burocracia.

El colmo del absurdo está el programa oportunidades que en muchos lugares se condiciona a cambio de apoyo político-electoral, pero también las escuelas amplían requisitos (por ejemplo uniformes) porque “la gente ya tiene Oportunidades”. Así el poco dinero que se entrega no se destina para cubrir los elementos básicos del programa, como la alimentación, porque se agota para cumplir con elementos que pueden ser superfluos.

¿Acaso el mexicano es flojo y deja de serlo cuando sale del país? ¿O será que la falta de oportunidades económicas lanza a la gente a buscar una economía improductiva? Destaca por ejemplo lavar vidrios en las calles, pedir limosna, o delinquir.

Un país cuya economía no crece lo suficiente, encuentra autoridades que de repente quieren poner orden, y en lugar de hacerlo por medio de reglamentos y sanciones, optan por clausurar negocios. ¿Cuántas personas pierden el empleo cuándo se clausura un negocio? ¿Dónde se supone que se van a emplear si la economía no crece? ¿Cuánto aporta al colapso económico la regularización administrativa y económica?

La puesta en orden no es un tema menor. El país está sumergido en una mentalidad de desorden y falta de respeto a las normas, de corrupción generalizada que facilita violar leyes y reglamentos, enderezar ese barco es de una importancia fundamental, pero en cambio, tal vez sea más importante asegurar el crecimiento económico, que es la única opción real para resolver la economía informal, la migración, y hasta parte de la delincuencia.

La economía mexicana se ha concentrado en el sector terciario, que es donde menos enlaces económicos existen; la agricultura y la industria están rezagadas por una política económica equivocada, y el gobierno porfía en seguir un camino que ha mostrado sus fallas.

 

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