Suscribete
 
1568 30 Abril 2014

 

El extraño caso de las editoriales en México
Eloy Garza González

Monterrey.- Es muy probable que muchas de las actuales editoriales mexicanas cierren para 2015. Los escasos incentivos del Estado impedirán que las empresas libreras de nuestro país salten del formato físico al digital y logren sortear el avasallamiento del próximo duopolio iBooks y Amazon en los e-books del mundo.

Afortunadamente este nuevo panorama editorial digital no ha terminado de asentarse completamente en México, porque hasta la fecha la lectura online, en smartphone, o en tableta (recordemos que el e-reader es el dispositivo y el ebook es el contenido) sigue sin ser una opción comercial suficientemente competitiva en nuestro país.

Mientras las cifras de libros digitales en los Estados Unidos crecen mes con mes y ya rebasan este año las ventas del formato Trade (tapa dura), en México el e-book apenas comprende 0.1 por ciento del mercado editorial: una nada.

Esto quiere decir que la buena suerte todavía permitirá a las editoriales mexicanas ponerse en guardia durante algunos meses, antes de que las cosas cambien. Pero no será por mucho tiempo: Amazon vende en EUA 116 e-books por cada 100 libros comprados en formato físico.

Sin olvidar el ejemplo más ilustre: la bicentenaria Enciclopedia Británica hace un par de años abandonó su formato en papel, luego de ser desbancada como medio masivo de consulta por Wikipedia.

Entonces: ¿en cuál terreno desconocido deberían experimentar las editoriales mexicanas ante esta debacle? Fácil: incorporando alternativas de multimedia, es decir, donde la lectura convencional se acompañe de video, audio, interacción con el autor en tiempo real y actualización constante de contenido en el mismo e-book.

Nos conviene explorar esta opción antes de quedar rebasados por el cambio cognitivo de las generaciones jóvenes. ¿Cuál es éste? Hábitos de lectura mediante párrafos breves, “twiteados”, intervalos reducidos de atención, participación colectiva en los contenidos y predilección por el formato de hipertexto (lectura no lineal sino horizontal y simultánea).

¿Que a usted al igual que a mí no nos quitarán de la cabeza la idea de leer un libro como Dios manda, con hojas impresas, bien empastado y encuadernado? Claro, con el añadido de que incluso nos darán un pase prematuro para ir a leerlo de por vida en el asilo de ancianos más cercano.  

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 

 

15diario.com