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1568 30 Abril 2014

 

Dar la palabra
Rita Bedia Lizcano

Dar la palabra, del maestro Eligio Coronado: escritor, crítico, editor, traductor, promotor e investigador, y a esto agrego un guía paciente de las nuevas generaciones de escritores. Premio a las Artes de la UANL 1996, entre algunos otros premios, gracias a su participación en poesía, cuento y teatro.

Traducido al inglés, francés e italiano. Figura en la Enciclopedia de México y en el Diccionario de Escritores Mexicanos. Quien ya contaba en su acervo cultural con la cantidad de veintiún libros publicados, de diversos géneros, hoy nos presenta su vigésimo segunda obra literaria: Dar la palabra, editada en Monterrey por  Diáfora (del poeta Óscar Efraín Herrera) en este mismo mes de abril del 2014, el cual consta de 73 páginas.

Eligio nos presenta un poemario dividido en cinco temas. El primero, el cual da el título acertado al libro: Dar la palabra, nos conduce a su herencia literaria; éste inicia con el poema del mismo nombre donde nos transmite compasión y empatía con las palabras: “¿Por qué la desecharon? / ¿Ya no funciona acaso? / Recójanla, / sacúdanla, / sáquenle brillo, / háganla circular” (p. 13).

Cada tema estimula la curiosidad y deseo de encontrar las respuestas a las interrogantes que se hace el autor.

Segundo tema: Escribir el poema. El lector se sumerge entre plumasconvertidas en el escalpelo que hiere la página, donde la tinta es la sangre que desgarra el espíritu indomable de los escritores. Veamos el poema Naranja de papel, dedicado a Patricia Laborde: “Juego con la naranja del papel: / la resbalo por el filo del cuchillo, / pero no se hace páginas; / la sumerjo en el vaso, / pero no se hunde, vuela” (p. 33).

Tercer tema: Escuchar al poeta. Aquí me creo un conflicto. En su contenido cuenta con nueve poemas al igual que los anteriores. ¿Por qué conflicto? Porque el lapso es corto y el tiempo oro, podría elegir todos los poemas para hablar de cada uno de ellos, que bien merecido tienen su valor para participar en este libro; sin embargo, me enfoco en el poema ¿No he escrito ya lo suficiente?. Poema cuya estructura denota solidez y de una pieza, de esos poemas que nacen y terminan de principio a fin. Su anécdota misma merece otro poema: “¿No he escrito ya lo suficiente? / ¿No he dicho ya todo lo que había que decir? / ¿El porcentaje de verdad y de mentira / que me correspondía? / ¿Este vivir diciendo no ha servido de nada? / ¿Acaso me faltó intensidad? / ¿O arremeter contra la página? / ¿Darle de palos, reventarla? / ¿Debo llegar al crimen / para que haya constancia de mi obra?” (p. 43). 

Podría memorizar este poema y grabarlo para mi futuro, pues parece que siempre es insuficiente lo que ya se ha escrito.

Cuarto tema: Constatar el prodigio. Aquí se trata decomprobar, verificar el milagro de la escritura. Esa fascinación donde corre la tinta por las venas, la pasión que concentra cada escritor, cuando surge la idea que mantiene en la cuerda que une al pensamiento, para transcribir en papel, servilleta, celular, en su mismo cuerpo, etc. Veamos el poema “En la cuerda”: “La nota que acumula / su vibración sobre la cuerda, / se disuelve entre la imagen del sonido / y la raíz / que introduce su color en el aire”  (p. 53). 

Quinto tema: Hojear la realidad. Es una visión existente de lo que nos rodea. Los enigmas han encontrado respuesta, aun así surgen otros. Pesa la incertidumbre, cae la venda del universo creado por la pluma y se encuentra la compasión de un poeta. He aquí el poema “Cielo de lados que caen”: “Cielo de los lados que caen, / sostenidos por arcadas; / luna que se va volviendo / parte de la calle blanca, / y el silencio se disfraza / con el bullicio del alba” (p. 66).

Un poemario con estructura y conocimiento exhaustivo del oficio. Vislumbro el propósito en la elección y colocación exacta de poemas, un manejo que he notado en sus poemarios; quizá lo es, tal vez no, pero deja las interrogantes y el deseo de profundizar más aún en su lectura.

Concluyo que Dar la palabra, del maestro Eligio Coronado, plasma a través de la poesía, las distintas etapas de aquél que se aventura a la idea de expresar, transmitir, cautivar, transformar el pensamiento o acariciar algo más allá que sólo la vista del lector. Nos seduce con el oficio, da lecciones de vida y una visión de su presente para el futuro de las nuevas generaciones; nos topamos con que los escritores tienen el vicio de la palabra escrita y que posiblemente la muerte los encuentre soñando.

* Eligio Coronado. Dar la palabra. Monterrey, N.L.: Diáfora, 2014. 73 pp.

 

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