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1587 27 Mayo 2014

 

Nueva generación de plutócratas
Hugo L. del Río

Monterrey.- La escena del Va Pensiero, en la ópera Nabucco, de Verdi, es una de las más hermosas en la historia de la música. Es el canto de los judíos cautivos de los babilonios. En el año 587 AC, Nabucodonosor II les robó la patria a los israelitas y los condenó a la esclavitud. Pero los hijos de Israel no nacieron para ser esclavos. Nosotros tampoco.

Hoy, el gran capital no usa cadenas ni grilletes. Más soberbio que nunca, nos esclaviza con el hambre al tiempo que hace ostentación de su riqueza. En México no falta dinero: sobra. Podemos estar orgullosos: no sólo exportamos droga y pistoleros: en quince meses, los cresos mexicanos invirtieron en el extranjero 30 mil millones de pesos.

España es uno de los paraísos de esta nueva generación de plutócratas. ADO invirtió 800 millones de euros para quedarse con la línea de autobuses Avanza; Bimbo México le compró a Sara Lee Bimbo España. En poder de hombres con el pasaporte de México están el nueve por ciento de las acciones de Liberbank; el cinco por ciento de Sabadell y el seis por ciento del Banco Popular. Los antiguos dueños de la Cervecería Modelo adquirieron con cien millones de euros la IBM de Madrid y, aliados con los chinos de Shuanghui, los millonetas del Grupo Sigma compraron el corporativo Campofrío.

Bueno, hasta El País, diario de donde tomo esta información, le tuvo que vender el 1.98 de su papel a Slim. México se muere de hambre en tanto que los apátridas compran megacorporaciones en Europa y otros continentes. Aquí hay pocos empleos y están muy mal remunerados: lo que el empresariado nos ofrece es el salario del miedo. Slim, con 50 mil millones de dólares, descendió al deshonroso lugar del segundo hombre más rico del mundo.

Pero no hay que desesperar: México puede presumir (aparte de ser el país más feliz del orbe) de censar a 186 mil millonarios frente a una anémica clase media y cien millones de infelices. La locura: los europeos nos compran los bancos y los capitalistas aztecas se adueñan de la banca española. Escribe El País: “La riqueza de lo altos patrimonios mexicanos ha aumentado en los últimos años… (pero) México no deja de ser una economía emergente sujeta a vaivenes”. Esa es la confianza que Peña Nieto despierta en la clase opulenta.

Por lo demás, ya lo hemos dicho, el banquero no tiene patria ni otro Dios que el oro. Thomas Jefferson, quien algo sabía de estas y muchas otras cosas, anotó antes de instalarse en la Casa Blanca como el tercer Presidente de la República imperial: “Pienso que las instituciones bancarias son más peligrosas para nuestras libertades que ejércitos enteros listos para el combate”.

Pie de página
El Papa argentino ora ante el Muro de los Lamentos, en Jerusalén, y condena el Holocausto. Pero su predecesor, Pío XII, obispo de Roma durante la II Guerra Mundial, nunca dijo una sola palabra sobre el exterminio, no sólo de los judíos, sino también de los prisioneros eslavos y de otras minorías. El que calla otorga. Pío XII prefería a Hitler antes que a la coalición entre Stalin y las democracias occidentales. Cuando se retiraron los nacis, el Pontífice ordenó a los ejércitos aliados que no permitieran el ingreso a Roma “de los soldados de color”. Con toda razón, el historiador inglés Robert Cromwell llama a Pío XII “el Papa de Hitler”.

hugoldelrioiii@hotmail.com

 

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