HORIZONTE CIUDADANO
Monarquía o república
Rosa Esther Beltrán Enríquez

Saltillo.- El rey Juan Carlos 1º renunció al trono de España. Aunque los monarcas hoy son vistos como figuras inútiles, no faltan grupos sociales que apoyan esa forma precámbrica de gobierno. No puede uno dejar de preguntarse, cómo los españoles soportaron una dictadura tan larga y represora como la de Francisco Franco.

Seguramente ellos también se preguntan cómo los mexicanos aguantamos la igualmente repugnante tiranía de Porfírio Díaz; aquí se realizó una revolución que costó un millón de vidas y devastó el sistema productivo.

En España el caudillo, Franco fue parte del grupo que realizó el golpe de Estado a la II República; el golpe fracasó, aunque provocó una guerra civil que duró 2 años y terminó con el ascenso de Franco al gobierno, el que ejerció con una brutal represión a los que profesaban ideas liberales; se dice que las cárceles españolas llegaron a albergar hasta un cuarto de millón de presos políticos que padecían condiciones infrahumanas; además, el ascenso de Franco y su mandato fue apoyado por los gobiernos del Eje facista de Hitler y Mussolini. 

En ese contexto fue coronado en 1975 el monarca que ahora abdica y que  entonces se pronunció por un régimen de transición de la dictadura a la democracia, al abrir esa puerta los españoles se volcaron hambrientos a una reconstrucción institucional democrática que fue ejemplo para muchos gobiernos, sobre todo los de Iberoamérica.

En unos días, a sus 46 años Felipe VI será coronado rey y jefe de Estado; llama la atención, que aunque el ascenso del nuevo monarca cuenta con el apoyo del 90% de la clase política, Congreso y partidos políticos, en muchas de las ciudades importantes de ese país se realizan manifestaciones de ciudadanos que exigen un referéndum para que la población elija entre monarquía o república, opción que también apoyan un 10% de partidos políticos y grupos de la sociedad civil, de manera que, la abdicación ha levantado no una, muchas ámpulas, algunas de las cuales podrían convertirse rápidamente en llagas o hasta ulceras.  

En el gran teatro de la península Ibérica se van dibujando las tendencias: más de 50 ciudades, incluidas Madrid y Barcelona, claman por la instauración de la tercera república; algunas consignas son: "España, mañana, será republicana", "Felipe querido, nadie te ha elegido", "En democracia decide la gente", "Los borbones a los tiburones", "Fuera monarquía, fuera hipocresía" (LA VANGUARDIA); cabe destacar que la II República, derrotada por Franco, fue instaurada hace 83 años con 40 días.

España es más republicana que monárquica, aunque ahora se presente hegemónica la monarquía con 40 años de ejercicio en el gobierno, es probable, que en las reminiscencias históricas resurja el fragor republicano y que en los próximos días asistamos al incremento de la agitación social en buena medida impulsado por la crisis económica que tiene indignada, desesperada a la mayoría de la población de ese país.

En España, las élites políticas y los analistas dan por segura la coronación de Felipe de Borbón, aunque los jóvenes, que son los más castigados por la crisis, la desocupación masiva y la falta de expectativas de mejoramiento económico, son partidarios de la república como forma de Estado más democrática y con más esperanza de igualdad social.

Aunque el nuestro es una república, la clase política nacional se empeña en restaurar la dictablanda del PRI. En México la desigualdad social reina con cetro y corona.  

La II República española legó a México lo más granado y notable de la intelectualidad; en Saltillo tenemos algunos decendientes de esos migrantes.
Querida lectora, lector, usted que me distingue con su lectura (lo cual agradezco siempre) se preguntará, ¿pero qué le pasa a esta articulista que aborda un tema tan lejano a Coahuila? Le confieso: soy adicta irredenta a la libertad, al derecho de elegir y aunque es probable que los republicanistas españoles no triunfen ahora, la semilla está sembrada y algún día germinará.