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1682 7 Octubre 2014

 

 

Los Simpson
José Ángel Pérez

 

Darwin: Hola, señor Burns.
Sr. Burns: Hola Charles Darwin. Adelante, explique a los telespectadores su teoría sobre la selección natural.
Marco Malaspina, en La ciencia de los Simpson.

 

Monterrey.- En 2003, la British Broadcasting Corporation (BBC) propuso un sondeo on line para decidir quién era “el americano más grande de todos los tiempos”. Respondieron más de 37 mil personas. El resultado fue impresionante: Homero Simpson fue elegido por el 47 por ciento, seguido en orden descendente por Abraham Lincoln, Martin Luther King, Tomas Jefferson y George Washington. Ninguno de ellos se acercó en las preferencias a Homero, ni siquiera superaron el 10 por ciento.

Esta popularidad de Homero Simpson convierte a la serie en un importante vehículo de comunicación y por lo tanto de penetración cultural. Es por esto la gran importancia que tiene la serie en cuya producción interviene una gran cantidad de guionistas de reconocido prestigio en la ciencia y las matemáticas.
Es importante aclarar que Los Simpson introduce al televidente de una manera ágil y amena en la complicada relación entre ciencia, tecnología y sociedad.

A pesar de que Los Simpson es un producto de la “republicana” cadena Fox, su orientación es liberal. Sus personajes son de ideas muy variadas, que van desde el alienante Krusty, el payaso, y el capitalista Charles Montgomery Burns, hasta la progresista e inteligente Lisa.

En este complicado tejido social, Homero Simpson actúa en forma simplista, desorganizada y hasta irresponsable; sin embargo, su gran corazón supera su irreverencia y su irresponsabilidad, ya que su actuación es imparcial y se refleja en una lacerante crítica al oportunismo político, a la hipocresía de los religiosos y a la corrupción de los políticos, como el alcalde de Springfield, el demócrata Joe Quimby.

Quizá, y esto es una opinión muy personal, Homero Simpson es popular por su gran corazón, pero sobre todo por representar el tipo de hombre que todos quieren ser: desobligado, desorganizado, comelón, bebedor de cerveza, pero sobre todo, amante apasionado y con una enamorada esposa, la bella y sensual Marge.

 Homero – Todos mis amigos me dicen que no sirvo para nada.
Marge –  Homero, tú haces muy bien el amor.
Homero – Pero mis amigos no lo pueden ver.

Los Simpson representa una sociedad usuaria de la tecnología, pero con un excesivo y peligroso analfabetismo científico. Una sociedad que no puede vivir sin la electrónica, sin el automóvil, sin las comodidades que el trabajo científico ha generado pero que, contradictoriamente, se sumerge en la superstición y el fanatismo religioso. En este ambiente de analfabetismo científico juega un papel el sistema educativo de Springfield, cuya escuela está dirigida por un sujeto pusilánime llamado Skinner, en clara alusión al padre del conductismo, que generó un modelo educativo que convierte a los estudiantes en máquinas.

Por fortuna en Los Simpson existe la estudiosa e inteligente Lisa Simpson, amante del Jazz y de las buenas lecturas, una niña crítica y reflexiva. También existen los amigos de Homero, que presentan un panorama plural. Estos van desde el demócrata Jimy Carter, hasta el republicano y retrógrada Nixon, sin olvidar los científicos invitados a participar en la serie, como el astrofísico Stephen Hawking, el matemático Sir Andrew Wiles y el paleontólogo e historiador de la ciencia, Stephen Jay Gould.

Sin duda, Los Simpson son una serie animada que los profesores debemos ver, analizar y utilizar para la enseñanza y no permitir que su sublimidad nos aliene.

 

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