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1695 24 Octubre 2014

 

 

MUROS Y PUENTES
Punto de quiebre
Raúl Caballero García

 

Dallas.- Texas cambia. Con estas elecciones por la gubernatura, el 4 de noviembre de 2014, ya no cabe decir “Texas va a cambiar”, después de este proceso electoral vamos a saber, a sentir: Texas ha cambiado.

Me explico: Gane o pierda Wendy Davis hace historia, el margen por esta vez será mínimo pero creo sin temor a equivocarme que la tendencia es que dicho margen se irá ensanchando, Texas ya no es un estado del todo rojo, dos décadas han sido suficientes; también en el plano nacional en lo sucesivo los resultados electorales de Texas se contarán como definitorios.

La senadora Davis es definitivamente el punto de quiebre, demostrándolo durante estos días cuando entre anuncios controversiales y una renovada atención, con su imagen en los diversos escenarios, hizo que los porcentajes y tendencias variaran: el primero de octubre el Texas Lyceum -organización sin fines de lucro y no partidista- dio a conocer su más reciente encuesta en la que constatamos el cambio: Abbott 49 por ciento, Davis 40 por ciento.

Sí, luego de que se había mantenido una monótona diferencia de hasta 18 puntos, hoy podemos leer que Wendy Davis hace soñar a los demócratas de Texas. Hoy se puede constatar que se ha levantado la esperanza azul, los demócratas se dicen confiados, esperan dar la voltereta a la hora buena.

¿En que basan sus ilusiones? Bueno, muchos lo declaran abiertamente: en las minorías: las mujeres, los afroamericanos, los hispanos. Pero hay quienes como uno consideramos que en los hispanos principalmente; ¿por qué? Porque hay una legión compuesta por nuevos votantes registrados y nuevos ciudadanos que pueden votar.

Con todo -sin poner el optimismo aparte pues todo indica que el cambio se da- no se debe desconsiderar que lo anterior se puede situar en la difusa ley de las probabilidades. Pero las expectativas se afincan en hechos factibles, el potencial de nuevos electores entre los latinos y las labores de piso que han realizado agrupaciones proinmigrantes y activistas cívicos en pro del voto dan la impresión de que pueden además sacar al tradicional votante abstencionista (de ahí mi optimismo).

Uno puede sopesar que la senadora Davis viene con un amplio reconocimiento no sólo entre los latinos que le han escuchado consideraciones favorables en el campo de la inmigración, sino entre las mujeres, los derechos de la mujer es uno de los asuntos que Davis esgrime con pleno conocimiento de causa.

A la vez uno sopesa que Abbott, un republicano que se ha desempeñado como procurador desde 2003, lo primero que dijo cuando celebraba su nominación fue prometer una continuidad de sus principios en temas como la defensa de la segunda enmienda para garantizar el derecho de posesión de armas; asimismo, que si por él fuera la Dream Act se revocaría.

Pero en fin, en fin, las elecciones ya están en la puerta como para ponernos a reseñar a estas horas la disputa de ambos candidatos. Es un hecho que Davis y Abbott se sitúan en esquinas completamente opuestas, completamente. Entonces no hay que perder tiempo, mejor hay que poner en perspectiva lo que a los latinos nos conviene.

Hay que anotar que Davis favorece la expansión del programa Medicaid; y el aumento del salario mínimo; hay que considerar que en sus tareas legislativas ha diseñado leyes para favorecer a las víctimas de violencia doméstica, otras para extender la protección de las mascotas que viven en hogares abusivos; apoya que en el estado se invierta más en la educación, y busca que la enseñanza preescolar sea garantizada a todos los niños; habría que sopesar también que busca reducir las altas cuotas universitarias y, ojo: está a favor de que los niños migrantes detenidos en Texas reciban atención legal justa, que los jueces examinen caso por caso y juzguen si los menores estarían en peligro si los deportan a sus países.

Por otra parte favorecería que los inmigrantes indocumentados puedan obtener licencias de conducir. Las mujeres deben considerar que busca establecer salario igualitario entre los sexos; y se debe subrayar su entereza para oponerse a las restricciones que los republicanos quieren imponer a los servicios de salud femeninos.

Sí, en fin, para poner en contexto la perspectiva de prioridades, quiero señalar que es un hecho que en este país los latinos tenemos expectativas con características muy precisas, no del todo diferentes de las del electorado general pero sí muy específicas, mismas que se incorporan a las plataformas de los candidatos... ellos las conocen muy bien.

Esta vez no se puede perder la oportunidad de votar. Hoy tenemos que hay un amplio electorado latino que puede decidir las elecciones, el punto es votar y saber por quién votar. En Texas, por lo expuesto, creo entonces que podemos tener muy claro quién enarbola mejor nuestras prioridades: Inmigración, Trabajo, Educación y Salud.

Al votar por ella hacemos historia, propiciamos el cambio.

Escritor y periodista regiomontano, es director editorial de La Estrella en Casa y La Estrella Digital en Dallas/Fort Worth, Texas. E-Mail: rcaballero@diariolaestrella.com Twiter: @raulcaballero52

 

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