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1748 7 Enero 2014

 

 

MALDITOS HIPSTERS
La luz y el canal
Luis Valdez

 

Monterrey.- Luminasia fue un fenómeno en esta ciudad. Docenas de figuras de temática navideña instaladas en el Canal Santa Lucía, impresionando con sus luces y estorbando el paso de los visitantes que por las concurridas noches estaban a punto de caminar con un pie dentro del agua.

Una maravillosa instalación de una empresa china con sede en Los Ángeles. Seguimos siendo una sociedad que vive de atracciones extranjeras, como la renta de globos para desfiles, los conciertos de estrellas internacionales (que ahora se hospedan en Texas) e instalaciones de luces que nos dan un aire de Disneyland a los paseos cotidianos de la urbe.

El resultado, conflictivo para los visitantes, exitoso para los organizadores: filas de autos para entrar al estacionamiento, con una tarifa que cambió de cobro a 40 pesos por hora; aglomeramiento de visitantes en espacios donde era insuficiente el suelo y algunos, como se llegó a ver en fotografías de la prensa, se vieron obligados a caminar en el filo del canal.

¿Vale la pena traer este tipo de atracciones a nuestra ciudad? Por estos días el congreso del estado está viendo la posibilidad de adquirir parte de Luminasia. Que no nos extrañe que en años posteriores, las figuras estarán a medio iluminar por tanto foco de tercera que se funde, o partes de la malla rota. Luminasia se convertiría en una atracción propia del tercer mundo (y a finald de cuentas no aprenderías a hacer cosas como ésta).

Los regiomontanos, con nuestro pretendido regio way of life, estamos mal amoldados del american way of life. No lo neguemos, en el fondo (pero visible desde encimita) somos consumidores compulsivos de espejos que nos traen del extranjero y que además de jalarnos hacia las calles en situaciones no muy cómodas, nos ayudan a preservar (¡cómo no!) nuestra convivencia familiar navideña.

Por supuesto que nuestra Navidad y nuestras tradiciones familiares no deberían depender de lo que le compremos a las compañías extranjeras. Pero puede que Santa Claus ya sea accionista en las empresas que hacen y hasta publicitan los regalos.

 

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