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1777 17 Febrero 2015

 

 

¡La lucha sigue!
Lupita Rodríguez Martínez

 

Monterrey.- Si hoy los crímenes de Ayotzinapa y de Tlatlaya son historias de corrupción, barbarie e impunidad, reflejo de la violencia que México sufre por la infiltración del narcotráfico en las más altas esferas de los poderes públicos, hace 39 años el asesinato de seis posesionarios y 15 heridos de bala en la colonia Granja Sanitaria de Monterrey, también fue un acto de vil represión policiaca, de autoritarismo gubernamental y de vergonzosa impunidad.

Las nuevas generaciones que se han volcado en repudio de los recientes crímenes de Estado a través de las redes sociales y en las calles de las principales ciudades del país, manifestando la rabia y la indignación de la sociedad contra la injusticia y la impunidad, deben saber que la cruel matanza cometida el 18 de febrero de 1976 es una historia que ¡no se olvida!

En nuestras anteriores colaboraciones sobre este tema, hemos cedido la palabra a quienes fueron testigos de la tragedia. En esta ocasión se la cedemos a la compañera Juanita Guerrero, ejemplar activista de la colonia Genaro Vázquez Rojas y de la Liga Femenil del Frente Popular “Tierra y Libertad”, cuyo testimonio quedó registrado en el libro Mujeres de Tierra y Libertad, escrito por Sandra Arenal y reeditado en marzo del 2014 por Conarte.    

“Yo era muy activa y en el año de 1975 me propusieron para que, junto con un grupo de jóvenes, me fuera a capacitar a Tuxpan, Jalisco, para luego instalar aquí una fábrica de calzado. Estuvimos tres meses allá, éramos seis hombres y ocho mujeres. Nos dieron clases de cómo hacer el calzado. Además, visitamos varias granjas, ejidos y aserraderos, para ver cómo se trabajaba en forma colectiva. Al regresar, en una asamblea del Frente, me eligieron para que yo fuera la responsable del taller de calzado. El taller fue bien equipado con máquinas planas de coser y de cortar; también la de stuchear, que era la principal, y la zajadora.

Tan luego que llegamos, comenzamos a trabajar en el taller. Lo hacíamos solos: fuimos a buscar la vaqueta, los tacones, las cintas, todo lo necesario y comenzamos a producir. Yo estaba muy entusiasmada, pero sentía que algo nos faltaba. No sabía qué era, pero tenía la sensación de que algo nos faltaba ¡Lo que son las cosas!

Lo de la fábrica de calzado y otros proyectos fue resultado de la matanza del 18 de febrero de 1976, cuando el comandante Paura (Juan Manuel Urrutia Paura, director de Protección Ciudadana de Nuevo León) vino con la policía y agredieron a balazos a los compañeros colonos de la Granja Sanitaria. En el enfrentamiento hubo varios muertos. Eso trajo como consecuencia una gran indignación de la gente, y a raíz de eso protestamos. La agresión fue muy violenta, al grado que trabajadores de diferentes sindicatos nos apoyaron en las calles, y no se diga los estudiantes ¡ésos siempre estaban con nosotros!

Mucha gente nos apoyaba. Hicimos varias manifestaciones pidiendo justicia para las familias de los muertos y la destitución de Paura, pero aquí no nos hicieron caso ¡nos ignoraron! Entonces, en una asamblea del Frente, decidimos irnos a México marchando.

Así lo hicimos y empezamos la caminata un día en la mañana, todos a pie: mujeres, niños, jóvenes y viejos. Vinieron muchos estudiantes y trabajadores de diferentes empresas. También había un grupo de Medalla de Oro, que estaba en huelga. Todos ellos nos acompañaron.

En Saltillo entramos y descansamos un rato en la Plaza de Armas. Ya ahí nos decían unos policías que nos debíamos regresar, pero no les hicimos caos y le seguimos. En Matehuala nos detuvieron antes de entrar: mandaba decir el Presidente de la República que recibiría a una comisión. Ahí, en medio del monte, hicimos una asamblea y acordamos mandar la comisión. Los demás regresamos en los camiones que nos mandaron para eso. El profe Beto y la maestra Lupita eran de los que formaban la comisión.

Al volver de México traían varias propuestas del Presidente: Pensión de por vida a las viudas de los muertos. Estudios con becas para sus hijos. Respeto a sus casas para vivir. Eso era sobre los muertos, pero aparte nos informaron que el gobierno ofrecía capacitar a la gente para hacer cooperativas y así tener mejor modo de vivir…”

Vaya este testimonio de la compañera Juanita Guerrero para todas y todos aquellos que luchan por mejorar su situación de vida y contra quienes perpetuan la injusticia y la impunidad. Por eso, nuestra convocatoria a la Marcha Luctuosa del 18 de Febrero, a partir de las 5 de la tarde, desde Calzada Madero y Juárez hasta la Macroplaza… ¡La luuucha sigue!

 

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