MALDITOS HIPSTERS
Los indeseables, II: Poca y mala cultura
Luis Valdez

 

Monterrey.- Cometí justo ayer el error de escribir y publicar que “es mejor tener poca cultura que poca”, pero discutamos eso como “poca y mala”, que es peor.

Lo admito. Tengo miedo y eso me conduce a errores de dedo, cada que advierto que estamos en un hoyo cultural.

Grave error que tira por la borda el resto de mi artículo “Los indeseables”, donde denuncio que para la comunidad artística ni los lectores ni quienes captan la cultura son importantes si se atreven a cuestionar la calidad de los eventos y obras, además de la ignorancia de más de un promotor cultural.

En la Comarca Lagunera se han puesto bravos en lo que a literatura se refiere, al grado de que en Saltillo aclaran a manera de broma: “Los de Torreón no hacen cultura de Coahuila, ellos son Laguneros”.

En Tijuana hace décadas que se le considera “laboratorio del posmodernismo”, por la rapidez con que respira esa sociedad, con sus performances provocadores, su teatro fronterizo, sus estudios sociológicos de proyección mundial y sus six de cerveza, que tiene ocho latas. 

Nuevo León tiene el orgullo de un Alfonso Reyes, que la mayor parte de su vida ni siquiera vivió en Monterrey; un Gabriel Zaid, que apenas concluyó su carrera de ingeniería en el ITESM y se lanzó a hacer vida al DF; un Eduardo Parra, que aquí hizo amigos, se formó y luego se fue también al DF; un David Toscana, que luego de campamentos literarios en Estados Unidos y Polonia, se convenció que valía la pena vivir en Europa, en lugar de Monterrey.

Sería injusto que mencionara una lista de los que se quedaron “a hacer cultura”, porque no faltaría el sentido por no mencionarlo. Alguna vez regresó Jorge Cantú, así como regresaron hace poco Antonio Ramos y Orfa Alarcón (no estoy con esto, retándolos a que funden una especie de Aquí Vamos en algún periódico local); aquí tenemos a un Pedro de Isla, con su Premio Rulfo de cuento; a una Patricia Laurent, que vale mucho; y en las universidades están cartas fuertes como José Javier Villarreal, Minerva Margarita Villarreal y Felipe Montes.

Entonces la cuestión es: ¿qué le faltará a las nuevas generaciones de artistas? ¿Más talleres, o simplemente más conocimiento de materia?

No, definitivamente no es mejor tener poca cultura, que poca y mala. Hay que tener cultura valiosa para todos.