Biografías en forma de salsa
Eloy Garza González
San Pedro Garza García.- Marcos Ordóñez es uno de los mejores críticos de teatro en España. Escribe para El País y su columna semanal es referencia obligada para cualquiera que sea aficionado a este género.
Es también un cinéfilo juicioso y sensato que se expresa ante sus lectores con la naturalidad de un amigo cercano: Marcos no impone barreras a sus seguidores y entablar una conversación con él tan fácil como salir a dar un paseo.
Ayer charlé con él sobre “Hamilton”, un musical montado en el Public Theater, en off Broadway, que ha roto récord de taquilla en Nueva York. Lo interesante de esta puesta en escena, multipremiada y aclamada por la crítica, es que su autor es un treintañero de origen puertorriqueño, llamado Lin-Manuel Miranda, popular rapero que, basándose en la biografía de Alexander Hamilton, uno de los “padres fundadores” de la democracia y el capitalismo americano, ha escrito una obra con canciones en ritmo de salsa y hip-hop que irradian un magnetismo casi sobrenatural. Lo mismo Bill Clinton que Madonna han presenciado ese lujo para los sentidos que es el “Hamilton” de Lin-Manuel Miranda.
Naturalmente pregunté a Marcos si pudiera hacerse en español un musical parecido a “Hamilton”, aderezado también con canciones de salsa y reguetón pero con algún personaje histórico hispano. La respuesta de Marcos la transcribo literal: “¿Sabes en quién pensé, Eloy, cuando me enteré de lo de Hamilton? En un musical sobre el liberal José María Torrijos y sus sesenta conjurados. Y su pronunciamiento contra Fernando VII y su muerte en las playas de Málaga. Y en su relación con los románticos radicales ingleses, los “apóstoles de Cambridge”, con Tennyson a la cabeza. Creo que el material es fantástico. Si alguien se anima, le cedo la idea”.
En realidad, más que José María Torrijos, tan apartado de los libros mexicanos de historia, pensé en Francisco Xavier Mina, el célebre militar español que participó en la guerra de Independencia de España, contra los franceses, y en la Independencia de México, del lado de los insurgentes, en una breve campaña que lo llevó a ser fusilado en 1817, en circunstancias similares a las de Torrijos.
Sin embargo, ni Mina ni Torrijos tienen la hondura psicológica ni las contradicciones de carácter que sí ostentaba Alexander Hamilton. Sus gestas heroicas siguen siendo encomiables, pero difíciles de representar con relieves dramáticos que no sean las de ensalzar honorables soldados malogrados. “¿Entonces en cuál otro personaje histórico pensarías tú?” Me replicó Ordoñez y yo aventuré el nombre de un nuevoleonés desconocido para cualquiera que no conozca la historia del norte de México; se trata de un viejo muy propio del siglo XIX, de mentalidad retorcida, astucia y temperamento trágico, llamado Santiago Vidaurri, al cual sus descendientes, por parte de la familia Milmo, ya le han compuesto un disco con pasajes musicalizados de su vida, curiosamente también en formato de salsa y merengue. Habrá que analizar la idea.
