Suscribete

 
1891 27 Julio 2015

 

 

LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
Pobreza y desigualdad
Edilberto Cervantes Galván

 

Monterrey.- La pobreza es un asunto que debiera llamar la atención de quienes toman decisiones sobre la marcha de la economía, sobre los niveles de salario, sobre los impuestos y sobre las herencias.

Pero no, la información sobre la pobreza es otro dato más de la realidad: que si subió vamos mal y que si bajó vamos bien; pero no hay otra opción, más que seguir con los programas de “gasto social”.

La descomposición del status de pobre, entre que si tiene casa dónde vivir, si tiene acceso a educación y/o acceso a la salud, ha sido muy útil para precisar las debilidades de las familias. Salvo que, así lo reconoció el presidente del CONEVAL, podrán tener cubiertas esas necesidades pero si no tienen ingreso monetario su situación de bienestar está en riesgo. Y puesto que la economía crece muy lento, se crean pocos empleos fuera de los sectores de exportación y los servicios y los salarios están perdiendo poder adquisitivo, las oportunidades de empleo bien remunerado son escasas.      

Hace un par de años, un economista francés, Piketty, publicó los resultados de su investigación sobre la desigualdad en el mundo. Analizó información sobre la propiedad, la riqueza y los impuestos en un número amplio de países, sobre todo europeos. Lo que encontró es que el factor que mejor explica la desigualdad económica en la sociedad es la herencia. Quienes heredan lo que la generación anterior acumuló no necesitan hacer mucho para conservar y acrecentar su riqueza.

Hace algunas semanas, un economista mexicano, Esquivel, publicó un estudio sobre la desigualdad en México. Señala que a principios del siglo XIX, Alexander Von Humboldt, escribía con asombro sobre la disparidad de la riqueza que observaba en  la Nueva España. Ahora, dos siglos más tarde, la desigualdad ha adquirido, para Esquivel, un nivel inédito, jamás antes visto, “gigantesco”.

En México, el 10 por ciento más rico de la población concentra el 64 por ciento de toda la riqueza del país.

Pero, incluso en ese grupo, la riqueza está altamente concentrada. El 1 por ciento de la población tiene 21 por ciento del ingreso y posee, además, el 43 por ciento de la riqueza del país; en ese 1 por ciento están los cuatro hombres más ricos de México.

Los cuatro más ricos del país eran dueños en 2002 del 2 por ciento del PIB; diez años después, en el 2012, eran ya dueños de 9 por ciento. Multiplicaron su riqueza por más de cuatro, 

Mientras estos cuatro multimillonarios tienen una riqueza que representa alrededor de la décima parte del PIB, más de la mitad de los mexicanos vive en pobreza. Más de 50 millones viven en pobreza, y casi la mitad de ellos, 23 millones, no pueden adquirir la canasta básica –es decir, pasan hambre.
Para Julio Boltvinik, investigador de El Colegio de México, de acuerdo a su método, la pobreza no ha disminuido sino que ha aumentado, estaríamos hablando ahora como de cien millones de mexicanos.  

Lo que plantean tanto Piketty como Esquivel es que ese proceso de concentración se mantiene a lo largo de los siglos si no hay instrumentos como los impuestos que propicien la redistribución.

Se acaban de dar a conocer los resultados de la Encuesta de ingreso-gasto en los hogares mexicanos levantada en 2014. Se hace la comparación con el 2012 y se encuentra que el nivel de concentración y la desigualdad son los mismos: 30% de la población con mayores ingresos concentró 62.5% de los ingresos corrientes en 2014, nivel comparable al 62.7% que tuvo el mismo grupo poblacional en 2012.

En lo que se refiere al gasto promedio de los hogares, éste disminuyó 5.1 por ciento real en 2014 respecto a 2012, ubicándose en 34,583, su nivel más bajo desde 2010.

Por estrato de ingreso, la encuesta del Inegi encontró que los hogares del primer decil de ingresos (los grupos de menores ingresos) destinan 50.7 por ciento de su presupuesto a alimentos, bebidas y tabaco, porcentaje que es de sólo 22.5 para los hogares en el último decil de ingresos (los de más altos ingresos). Los más pobres destinan la mitad de sus ingresos a consumos de sobrevivencia.

El ingreso promedio trimestral de los hogares en el país en 2014 se ubicó en 39,742 pesos, lo que implicó una caída de 3.5% en términos reales respecto a los ingresos reportados en 2012.

Como se ve las tendencias a largo plazo así como los estudios a corto plazo muestran una misma realidad: una mayor concentración de la riqueza y un deterioro de las condiciones de vida de millones de mexicanos.

Para Esquivel es un proceso que debe atemperarse: México necesita un gran pacto nacional por la igualdad. Construir ese pacto no es fácil, pero será factible en la medida en que haya, como comienza a haber, la conciencia de que es inadmisible que siga creciendo la brecha entre los más ricos, unos pocos, y el resto de la población en situación de pobreza y hambre.

México no es el único país con desigualdad y pobreza, pero sí es el de más extrema desigualdad.

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 

 

15diario.com