La innovación no es un estadio de futbol
Eloy Garza González

 

San Pedro Garza García.- Nuevo León no es un Estado de avanzada porque se inauguró un nuevo estadio de futbol.

Lo será en todo caso porque cuenta con las condiciones tecnológicas para que sea posible el reconocimiento facial como medida de seguridad pública. De hecho, es una idea sobre biométrica ya común en las principales urbes del mundo.  

Si se organizan los comercios del Estado, sería posible reconocer a sospechosos que merodean cada uno de estos negocios y detenerlos antes de cometerse un delito. Esto gracias al cruce de información procedente de planos diferente en tiempo real. Algo que puede llevarse a cabo en los municipios de la Zona Metropolitana, incluyendo la tan retrasada ciudad de Monterrey.

El reconocimiento facial requiere de cámaras de seguridad, red de fibra óptica e integración de los sistemas de vigilancia privada de cada comercio y empresa. El siguiente paso consiste en que el reconocimiento facial no se quede simplemente en las corporaciones de policía, sino que los ciudadanos tengamos acceso a los beneficios de la tecnología biométrica de reconocimiento facial que se practica normalmente con aplicaciones como iPhoto y Picasa (un banco gigantesco de pruebas fotográficas de “caras”).

Nada tiene de malo que cualquiera de nosotros podamos ubicar mediante nuestro iPhone la cara de un extraño y buscar sus referencias y antecedentes en una base de datos creada “ex profeso”.

¿Se imaginan a dónde llegaríamos si añadimos la aplicación Klout, una herramienta gratuita de identificación de alta fidelidad para conocer en fracciones de segundo el nombre completo, el perfil, la influencia social, la reputación y las referencias que tenga cada persona que se nos pare enfrente?  

Nuevo León puede ser pionero en América Latina del concepto denominado Internet de las Cosas. ¿Qué significa esto? Que la conexión de cada ciudadano no se reducirá a la ecuación “persona a persona”, sino que todo en general estará conectado, desde dispositivos móviles, hasta objetos del mundo físico que habitualmente no cuentan hasta ahora con conectividad como dispositivos móviles, vehículos, edificios y electrodomésticos.

Cada uno de estos objetos contará con sensores que proporcionarán información y servicios inteligentes, recombinándose en automático. A esto se le llama “sociedad aumentada” o “realidad en red”. No habrá que buscar el futuro a la vuelta de una esquina porque habrá llegado para quedarse.