Suscribete

 
1902 11 Agosto 2015

 

 

Norteamericanos y gringos
Hugo L. del Río

 

Monterrey.- Sería un error muy grave no tomar en serio a Donald Trump. El multimillonario tiene intimidados a los otros 16 precandidatos republicanos a la Presidencia.

“Podía verse su irresolución (de los otros nueve aspirantes que participaron en el programa) en el debate del jueves,” escribió Dan Batz en The Washington Post. La campaña de insultos le ha ganado a Trump el apoyo de millones de electores frustrados y amargados. Y es que el megaempresario se conecta muy bien con los espacios oscuros, habitados por el odio, de muchos de sus compatriotas, quienes están convencidos que, de una u otra manera, el gobierno –el gobierno, no la iniciativa privada ni las Iglesias– los ha defraudado.

La política no es, para todos, una ciencia o arte: algunos la entienden y la sienten como una emoción desvinculada de la razón. Cuando Trump culpa a México de los problemas de la Unión Americana, despierta y arma a monstruos como el racismo, la xenofobia, el miedo a los pueblos de tez oscura. Insultó al senador John McCain, un hombre merecedor de respeto y el resultado fue que su precandidatura ganó puntos. Para él las mujeres son “perras, puercas gordas”, y la difamación le gana espacio entre las votantes.

Los “latinos”, especialmente los mexicanos, le estamos robando tanto dinero a la Unión Americana que ya la tenemos a la orilla de la quiebra. Eso dice y sobra quien se lo crea porque a alguien hay que culpar del fracaso familiar. El muro fronterizo de tres mil kilómetros de largo es necesario para evitar que les enviemos violadores, narcos, asesinos, ladrones, gente sucia y mala. Y algunos gringos de origen hispánico aplauden. El senador Marc Rubio, otro de los precandidatos, está de acuerdo no sólo en la construcción de la muralla sino, además, en que México la pague. El también senador Ted Cruz no ovaciona a Trump, pero tampoco lo critica.

Veinticuatro millones de personas vieron el “show” de Fox News y, hoy por hoy, Trump, a golpe de ofensa tras ofensa, encabeza la lista de los presidenciables del GOP (Grand Old Party). Jeb Bush protestó con tibieza por el agravio que Trump le infirió a Megyn Kelly, la presentadora de Fox. Presto, el gigante del sector inmobiliario respondió que Bush “tiene problemas con las mujeres”. El ex gobernador de Florida está casado con una mexicana. Supongo que a eso se refería Trump. Como sea, el plutócrata no es el único racista en el Partido Republicano. La gente de origen hispánico no entra en la categoría de “raza blanca”. Algún estratega del GOP aventuró una plataforma híbrida: para Presidente, un “blanco”, John Kasich, ex gobernador de Ohio, en compañía de “un latino”, el ya citado Rubio, para vicepresidente. Líbreme Dios de generalizar.

Me jode que Wall Street en combinación con Washington y de acuerdo con las directivas de los globalizadores nos estén robando lo poco o mucho que tenemos. Pero en mi universo establezco una tajante división entre norteamericanos y gringos. Encabezan los primeros el Presidente Obama y Woody Allen; los caudillos de la legión imperial son Trump y Ann Coulter. Apuesto por el triunfo de los norteamericanos. Ellos son quienes pusieron fin a la guerra de Viet Nam, defenestraron a Nixon y se abrazaron con los soldados soviéticos en Torgau.

El buen Dios debe amar a nuestros dos pueblos: hizo que don Benito y don Lázaro coincidieran con Lincoln y Roosevelt el bueno. Algún día, las mujeres y los hombres de buena voluntad que vivimos a uno y otro lado del Bravo encontraremos la fórmula para convivir en paz y respeto.    

hugo1857@outlook.com

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 

 

15diario.com