Café Nuevo Brasil: la nostalgia en quiebra
Eloy Garza González

San Pedro Garza García.- A muchos nuevoleoneses nos ha entristecido saber que, por razones financieras, el Café Nuevo Brasil tendrá que cerrar. Sin embargo, planteo algunas preguntas sobre los gestos de solidaridad que ha recibido este establecimiento: ¿la inyección de capital hará redituable a dicha empresa? ¿En qué se va a invertir el dinero recabado en las subastas y tocadas? ¿En pagar las rentas retrasadas? ¿Y qué pasará con las rentas que sigan?

¿Con el capital obtenido se remodelará el interior del Café? ¿Y cómo se harán los trabajos de remodelación si la dueña del local está a punto de rescindirle el contrato de arrendamiento e incluso de interponer una demanda? ¿Quien administre los recursos obtenidos se los dará así, sin más, al dueño del negocio, o pagará con ellos a los acreedores?

Ahora bien, eso no quita nuestro total reconocimiento a todos los artistas y promotores de cultura que de manera desinteresada donaron algunas obras o tocadas suyas para esta causa. Qué bueno: da gusto saber que en Monterrey aún existan almas caritativas.

Un amigo, experto en éste como en otros metas, Ramón López Castro, me lo dijo con precisión: “Respeto la nostalgia y no veo con desdén la cruzada de muchos que sienten la necesidad de apoyar a ese establecimiento. Pero si el modelo de negocios no da para el punto de equilibrio, menos aún para ganancias; ¿no son acaso esos indicadores los mejores síntomas de que su tiempo ha terminado?”

Yo también fui cliente del Café Nuevo Brasil. Pagué todos las bebidas y los platillos que consumí. Me da nostalgia que lo cierren, igual que muchos otros negocios míticos a los que fui afecto desde joven. Pero así son las empresas privadas, a veces se pierde, a veces se gana. En ocasiones una mala administración hunde las mejores intenciones comerciales.

Otra cosa son los recintos públicos y los espacios comunitarios. Esos no son negocios, son bienes de todos que debemos cuidar y preservar..