Suscribete

 
1912 25 Agosto 2015

 

 

Presunto culpable
Samuel Schmidt

 

Ciudad de México.- Me comentó un abogado en El Paso, Texas, que algunos narcos condenados a prisión entregan camellos en los puentes a cambio de reducción en sus condenas.

La negociación se hace con autoridades federales de Estados Unidos, que así aumentan la cantidad de drogas atrapadas y pueden mostrar eficacia en la detención de drogas en la frontera; el costo social es que de esta manera algunos inocentes se ven tras las rejas y si son ciudadanos estadounidenses verán destruidas sus vidas porque la marca de la prisión los acompañará por siempre. Una persona con antecedentes penales está limitada para conseguir becas y buenos empleos.

En México el escándalo del documental Presunto Culpable se debió a que se desnudó dos elementos que tienen envenenado al sistema judicial: la fabricación de culpables y la complicidad de los jueces con los fabricantes de víctimas, porque prmiten que se manipulen los procesos judiciales y lanzan a prisión a inocentes cuya indefensión los mantiene presos por largos años.

Llevamos ya varios casos de personas a las que se les planta droga y son detenidos: una maestra en la frontera entre Juárez y El Paso, un estudiante que viajaba de Argentina a México y otras personas en el mismo caso. Lo sospechoso es que el aeropuerto de la ciudad de México parece queso Gruyere, por lo muchos hoyos por los que se cuela la droga y de repente detienen a un joven con 20 kilos de coca que le plantaron.

El caso que hoy defiende Amnistía Internacional es el de Adrián Vázquez, un obrero de maquila que fue detenido, se le sembró droga, se le torturó y lleva tres años en prisión.

La policía que seguramente armó un gran circo con su detención, porque según ellos habían detenido a un narco importante, mostró su eficacia y hoy si acaso Vázquez puede salir de la cárcel, los policías que lo privaron ilegalmente de la libertad, que violaron la ley al plantarle droga y lo torturaron, seguramente quedarán impunes por el crimen cometido.

Hasta ahora ha habido diversas y múltiples acusaciones por el uso de la tortura como método de investigación policíaca, ante las que no hay ninguna consecuencia, pero se ha dejado de lado la fabricación de culpables, la acusación de delitos no cometidos, donde la única y definitoria prueba acusatoria es la acusación policial. Como en presunto culpable donde el policía acusador es padre de dos asaltantes que su influencia ha liberado de la cárcel.

Ejemplos de la fabricación de culpables abundan. Una persona fue encarcelada acusada de posesión de mariguana y otros delitos bajo la prueba de haber sido señalado por un “detector molecular”, no importa que este aparato no sirve para nada, como se ha demostrado en Inglaterra y Estados Unidos y que fue comprado en México como parte de un fraude, la mariguana nunca se mostró. El detenido era inocente, nunca en su vida había visto la mariguana pero estuvo encarcelado dos años, sus acusadores no fueron sancionados.

Un joven iba manejando su automóvil cuando fue detenido por la policía sin causa alguna, le sembraron droga en el carro y lo extorsionaron para dejarlo ir libre después de pagar. Los extorsionadores con uniforme quedaron impunes.

Un documental de Sergio Umansky (Aquí iba el himno) relata el caso de tres jóvenes que después de comprar mariguana son secuestrados por un comandante policíaco que los obliga a pagar rescate; ese día, la única lucha del comandante contra el crimen fue tener retenidos a los jóvenes y torturarlos psicológicamente para obligarlos a pagar un rescate lo más alto posible. El policía trabajaba en conjunto con los narcomenudistas y cuando libera a sus víctimas les devuelve la droga que compraron. El comandante, sus agentes y madrinas (hampones que funcionan al abrigo de la policía) quedaron impunes.

Un grupo de policías le planta droga a unos adolescentes que estaban jugando para extorsionar a las familias a cambio de dejarlos en libertad. Los policías quedaron impunes.

Preguntas obligadas son: ¿de dónde sacaron la droga los policías?, ¿son adictos los policías?, ¿cuál es el destino de la extorsión?; ¿encuentra su camino hacia las alturas jerárquicas y políticas? 

La lista de las víctimas del Estado también incluyen a activistas que son detenidos bajo una serie de delitos enderezados con el exclusivo propósito de aumentarles las penas de prisión, lo que sirve para motivar la desactivación de la protesta política y social.

En todos los casos sin excepción los agentes que cometieron la infamia desaparecen en el anonimato sin tener ninguna responsabilidad. Ser agente del Estado les da inmunidad para la impunidad y ésta con frecuencia está asociada a la represión y la corrupción.

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 

 

15diario.com