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1965 6 Noviembre 2015

 

 

La cannabis contribuye al intercambio de ideas
Hugo L. del Río

 

Monterrey.- Es muy sano el debate sobre la legalización del consumo de la mariguana. En México, la controversia pública es una rareza. Me parece muy saludable que después de siglos de silencio recuperemos la voz.

Alguien anotó que es la Suprema Corte de Justicia de la Nación la que está haciendo el esfuerzo por adaptar a México a la cultura del Tercer Milenio. Es cierto: los ministros están rescatando el respeto que desde hace tiempo le habíamos negado al tribunal superior.

Llama la atención la reacción, inmediata, del Poder Ejecutivo. Peña Nieto se opone a la despenalización de la producción y consumición de la yerba. Como siempre, ese gran rotativo que es El País, encontró y dio a la publicidad el comentario adecuado: el Presidente de la República “minimiza el alcance del fallo de la Suprema Corte”.

¿Por qué tanta prisa en echar por tierra el trabajo de la SCJN? Ignoro si la cannabis daña o no la salud del usuario. Sé que desde tiempo inmemorial los mexicanos la usan, empapada en alcohol, para atenuar los dolores del reumatismo, la artritis y otras dolencias. Y funciona. Algunos de mis amigos y conocidos la fuman y nunca he visto que les afecte en forma negativa el comportamiento.

Si el gobierno quiere prohibir todo lo que es dañino para el organismo humano, debería empezar por las emanaciones de las fábricas y pedreras, los escapes del monóxido de carbono, el uso desmedido del tabaco y el alcohol, para seguir con el café, la sal y el azúcar. Está bien: vamos a discutirlo. “Por Dios, sentémonos en la arena y hablemos”, escribió Shakespeare.

En muchos países, sobre todo en la Europa occidental, la ley ampara al consumidor de este producto. Lo mismo ocurre en muchos estados de la Unión Americana. Pero se traslapan varias cosas. Una de ellas, el servilismo de la administración de Peña Nieto hacia los gringos. Tal parece que nuestros socios –je je; ¿pueden asociarse, en lo que sea, el tiburón y la sardina?– no quieren que en México se legalice la consumición del cáñamo indio. Millones de vecinos no han podido todavía superar la herencia de la hipocresía de los puritanos.

Pero esta oposición apesta a dinero sucio. ¿Sigue siendo un gran negocio el trasiego del narcótico? Parece que sí, aunque deja mucho más dinero el contrabando de diez kilos de coca que el de una tonelada de “juanita”.

La “mota” tiene millones de defensores y millones de detractores. La Suprema ya abrió las puertas a la controversia al tiempo que toma distancia de Los Pinos.

Es increíble, pero en buena hora que sucedan estas cosas. La “fatídica yerba”, que en mis tiempos satanizamos en los medios, estimula a algo raramente visto en México: el intercambio de ideas y opiniones.

Pie de página
He criticado mucho al Bronco. Ahora lo aplaudo. Las licitaciones públicas, difundidas, además, por TV Nuevo León y Periscope, son una bocanada de aire fresco. Mis más sinceras felicitaciones a Jaime Heliodoro. Ya empezó a trabajar como el gobernador que necesitamos, por el que votamos los nuevoleoneses.

hugo1857@outlook.com

 

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