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2008 6 Enero 2016

 

 

MUROS Y PUENTES
Contrastes, contradicciones y la última de Trump
Raúl Caballero García

 

Dallas.- Los contrastes cotidianos son intermitentes en el paso de las horas. Barack Obama llena hoy el contenido de los noticieros con su anuncio sobre control de armas.

Y lo llena porque sacar el tema de las armas a relucir siempre es un espectáculo contradictorio que prende el consabido debate; ante cualquier amago de control o de limitar la venta de armas, de inmediato saltan los legisladores que las respaldan -la mayoría de ellos republicanos- con el argumento de su sagrado derecho constitucional: el cuento de nunca acabar.

Trascendió que la estrategia de la Casa Blanca es impulsar a fondo una campaña de concientización, pues es un hecho que no doblegarán al bloque armamentista y cualquier orden ejecutiva no deja de tener un carácter temporal y un flanco desprotegido ante una apelación (léase embestida) en una corte federal.

De una contradicción pasemos a otra que igual se mantiene en primer plano con Obama en entredicho, pues su gobierno realiza desde el pasado fin de semana allanamientos de viviendas para arrestar a familias, principalmente mujeres y niños centroamericanos cuyo estatus es de inmigrantes indocumentados.

Obama, sus secretarios y funcionarios, han reconocido que esos inmigrantes llegaron huyendo de la volencia de sus países de origen, pese a ello ya han arrestado a cientos para deportarlos y el operativo sigue su acción en diversos estados. Cada familia, cada persona arrestada tiene una historia que justificaría un estatus de refugiado, en vez de detenerlos para su deportación.

Obama debería escuchar cada argumento de los defensores de derechos humanos y de inmigrantes indocumentados y accionar un procedimiento que remplace su ya ganado mote de “deportador en jefe”, acaso la principal mancha de su legado como presidente. A la fecha Obama ha expulsado alrededor de dos millones y medio de inmigrantes desde que llegó a la Casa Blanca... sí usted leyó bien, es una cifra espeluznante. Se termina su mandato y no pudo remediar el fracturado sistema migratorio ni quiso aminorar la tragedia que causan en cada familia separada las deportaciones. Hoy Obama lloró en público, durante su anuncio de control de armas, al recordar a los niños de Newton asesinados en 2012; pues también debería sentir dolor por las familias que ha deportado, y vergüenza cada vez que piense en ello.

Termino estos apuntes con la comidilla del día en torno al pintoresco Donald Trump. En su primer spot televisivo para alentar su campaña política, el pasado lunes 4 de enero reiteró su aversión a los mexicanos -entre otros aspectos de su manera de ver el mundo- con un truco barato.

Resulta que en su afán de hacer ver la frontera sur de EU como una amenaza, incluyó imágenes de la frontera de España con Marruecos. Lo balconeó el Washington Post, al señalar que se trata de la cerca en Melilla y no de la frontera con México. En el video, con el mensaje que propone el muro fronterizo,  aparece una imagen que aparenta ser un masivo ingreso de migrantes en la frontera con México... falso.

Aunque la responsable del anuncio, Hope Hicks, asevera que fue intencional, el hecho queda como una estúpida metida de pata, o peor, como una mentira vil que busca verle la cara a los espectadores o, en fin, de plano para reír como lo propician cómicos de TV y los infaltables memes digitales.

Trump se hace bolas con la geografía... y con la realidad.

 

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