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2021 25 Enero 2016

 

 

Desigualdad extrema
Daniel Salazar

 

Monterrey.- Alarmante resulta el informe sobre la riqueza 2015 presentado por el Banco Credit Suisse. En el centro  de su crónica, se menciona que el uno por ciento de la población mundial tiene un patrimonio mayor que el del resto del mundo.

Esto es, que la riqueza de 70 millones de súper ricos, es superior a la de más de 7 mil millones de personas que habitamos este planeta.

El capitalismo del siglo 21 –el “nuevo” capitalismo con variante neoliberal—ciertamente muestra una tendencia acelerada a la desigualdad. Pequeñas pero poderosas elites compuestas por oligarcas, jeques petroleros o “simples herederos” de miles de millones de dólares, concentran la riqueza mundial.
En menoscabo de la soberanía, la banca internacional de la elite millonaria, impone a los gobiernos de las naciones dependientes, políticas públicas que contemplan entre otros, exiguos impuestos a los grandes capitales inversionistas, lo que prácticamente convierte a estos países en “paraísos fiscales”.

México, que sufre de pobreza extrema, es uno de esos “paraísos”. Cuatro multimillonarios pudieron aumentar su riqueza de, 2 por ciento del producto interno bruto del país en 2002, a 9 por ciento en 2014. Sus fortunas provienen de beneficios políticos directos; de propiedades y bienes de la nación que les han sido privatizados o concesionados; de la evasión fiscal o de la disculpa o devolución de los impuestos… de la mano de obra barata. Uno de ellos era dependiente en la mercería de su familia. El otro heredó una pequeña empresa constructora. El tercero fue gerente de una sucursal bancaria y el último vendía televisiones y neveras en Salinas y Rocha. Hablamos de Carlos Slim, Germán Larrea, Alberto Baillères y Ricardo Salinas Pliego, quienes, a pesar de la situación que se vive, durante 2015 lograron acrecentar sus fortunas en un 32%.

Esta semana, en que el peso mexicano cerró como la moneda de los países emergentes que acumula la mayor depreciación frente al dólar, se obscurecen aún más las perspectivas de crecimiento. Tan solo el campo mexicano, ha visto crecer en más de 30 por ciento sus costos de producción. El incremento de fertilizantes y semillas –cuyos precios son en dólares– desalentará la producción agrícola y cientos de campesinos dejarán de sembrar sus parcelas. Este año habrá que importar más alimentos... Subirá la canasta básica...

En el ámbito internacional, pese a la creciente inestabilidad internacional provocada por la caída de los precios del petróleo, del euro debilitado, del incremento en las tasas de interés en Estados Unidos y de la desaceleración económica China, los más ricos del mundo han continuado aumentando sus fortunas. Bill Gates vuelve a ser la persona más rica del planeta y su capital creció en 3,200 mdd para sumar más de 79,200 millones de dólares. El mexicano Carlos Slim se encuentra en el puesto número 2 con más de 72,000 mdd seguido por el inversionista estadounidense Warren Buffett.

La Oxfam en un informe titulado “Una economía al servicio del 1%”, señala que la tendencia a la concentración de la riqueza mundial se acelera. Y, lo ya destacado, que México es un caso paradigmático de multimillonarios cuya fortuna creció al amparo del Estado. Lamenta además en su informe, que los más ricos escondan sus riquezas en redes de empresas fantasmas instaladas en paraísos bancarios en los que “reposan” sus billones de dólares. Denuncia que nueve de cada diez empresas que tendrán representación en el Foro de Davos por celebrarse la próxima semana, tienen presencia en al menos un paraíso bancario.

Muy seguramente se dirá en Davos que el capitalismo se encamina  “hacia la cuarta revolución industrial”, la que debe entenderse como la transición hacia la transformación digital en todos los sectores industriales. Pero esta “revolución” traerá para los pueblos del mundo mayor desempleo y concentración de la pobreza. Por eso para quienes combatimos el capitalismo en todas sus variantes, sabemos que los poderosos no se detendrán. Que es por eso que no debemos limitar nuestra lucha “por otro gobierno capitalista más moderno y menos feroz”.

Los anticapitalistas y socialistas, no nos hacemos ilusiones de domar al tigre para hacerlo vegetariano. Al mismo tiempo que luchamos contra el gobierno y contra el Estado, luchamos también contra todo sistema de opresión y por la planificación consciente de la economía mundial; por terminar con la explotación irracional de la naturaleza y la explotación del hombre por el hombre.

Hace tiempo que nos dimos cuenta que no es suficiente con contar con trabajo estable; que los salarios no crecen lo mismo que el costo de vida. Que si los multimillonarios nos pagaran lo justo, no serían multimillonarios; que de ahí --del trabajo no remunerado-- proviene su fortuna.

En México un antiguo dependiente de mercería tiene en su haber más de 72,000 mdd mientras el salario mínimo es de 73 pesos. Hoy 80 millones de mexicanos se debaten en la pobreza. A esto nos referimos cuando hablamos de desigualdad extrema.

 

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