MUROS Y PUENTES
Las elecciones primarias en EEUU
Raúl Caballero García

Dallas.- Tal como se había anticipado en New Hampshire, Bernie Sanders, rebasó a Hillary Clinton, y en la acera de enfrente, la de los republicanos, los reacomodos sugieren que esa disputa va para largo o por lo menos sigue siendo de vaivenes.

Donald Trump recuperó el primer lugar en tanto que John Kasich que venía más bien rezagado, bajó a Ted Cruz y a Marco Rubio.

¿Los electores de este país buscan nuevos rostros?, eso parece por los resultados en New Hampshire, en realidad la primera plaza con una votación abierta; lo de Iowa siempre es un termómetro… momentáneo.

Pero a ver, dejemos la escritura de piloto automático y vayamos por partes, enfoquemos “las primarias”, su mecanismo, y a partir de esto reseñemos su desarrollo a medida que se vaya dando en las fechas venideras.

OK. Si bien ciertamente el primer acto político electoral de las primarias estadunidenses se dio en Iowa, hay que decir que no fue una elección en forma sino la votación de un “caucus”, que sin embargo como estaba en el guión levantó una ventisca; luego vino lo de New Hampshire donde sí se da una elección abierta que pasa a ser algo así como el disparo de salida. El pulso en New Hampshire se toma con un termómetro que brinda un mayor argumento. La temperatura es más plausible.

Pero veamos pues. Un caucus se forma con la presencia de un grupo de personas en un sitio indicado y a cierta hora precisa, es una asamblea que vota y decide. En Iowa pervive la cábala que indica que quien gana allí se convierte en el principal prospecto para alcanzar la Presidencia: Folklore nativista. En cambio en New Hampshire, los votantes sí acudieron a las urnas durante la jornada electoral “abierta”. En una primaria abierta pueden votar todas las personas sin importar el partido al que pertenezcan; cuando es una cerrada sólo pueden votar los miembros del partido.

Luego está lo de los delegados, veamos eso aunque sea de paso porque da para un extenso artículo: Los candidatos ganan delegados de manera proporcional a los votos (cada estado tiene diferentes cantidades de delegados), sin duda son complejas estas elecciones, largas y complicadas, esos delegados al final son los que votan en las convenciones para elegir al nominado. Un candidato republicano para alcanzar la nominación require de 1,237 votos de delegados a su favor. Para un demócrata el número es mayor, requiere de 2,382. Seguramente se presentará la ocasión de abordar este asunto en otro momento.

Ahora bien, es preciso aclarar “lo interesante” de New Hampshire: del (más o menos) millón y medio que conforma su población, alrededor del 50 por ciento son votantes independientes, éstos pueden votar por cualquier partido, por eso se vuelve un desafío para los aspirantes a la nominación, pues el voto independiente es impredecible. Tras el suspenso que los independientes le imprimen a esta primaria, está esta otra superstición de que el elegido cabalgará en caballo de hacienda.

Entonces estamos hablando de algo intermedio entre las conjeturas para dilucidar presidenciables y los indicios reales, para lo cual sin embargo hay que considerar otro factor hoy crucial (también contra el juego de pronósticos tradicionales): hay que señalar que ambas plazas iniciales son pobladas por blancos: en la actualidad si no se sopesa la voz de las minorías, la medida es no sólo incierta sino incompleta. Hay que decir, empero, que los resultados ciertamente se van sumando (y los delegados multiplicando); pero con un enfoque en la diversidad poblacional, apenas con lo que viene en lo que resta de febrero se podrán hacer mediciones más creíbles, pues en Carolina del Sur y en Nevada (las siguientes plazas) ya entran en juego las cartas de afroamericanos y latinos. Los porcentajes de población votante que encontré para pensar la participación de negros e hispanos van de un 6 por ciento en Iowa y New Hampshire a un 30 y un 35 respectivamente para Carolina del Sur y Nevada.

Entonces tenemos las citas que vienen el 20 de febrero con ambos partidos votando. En Nevada los demócratas acuden a un caucus y los republicanos en Carolina del Sur van en elección abierta; luego el 23 en Nevada los republicanos votan en caucus y el día 27 los demócratas votan en elección abierta en Carolina del Sur. Los resultados hasta ese entonces pueden comenzar a configurar a los candidatos más presidenciables, pero no será sino hasta unos días después, la noche del súper martes, cuando vayamos a ver a claros favoritos. El llamado súper martes este año es el 1 de marzo, lo llaman así porque ese día la votación se da en 14 estados: Alabama, Alaska, Arkansas, Colorado, Georgia, Massachusetts, Minnesota, Dakota del Norte, Oklahoma, Tennessee, Texas, Vermont, Virginia y Wyoming.

Así pues el corolario en torno a los aspirantes, luego de ese preámbulo de suposiciones que han sido Iowa y New Hampshire, son los dados rodando. Hay deseos que pretenden ser teorías y teorías que se quisiera fuesen conocimientos. Lo cierto es que quién sabe, yep, lo más seguro es la incertidumbre; en resumen en este momento nadie sabe nada de nada. Esta vez -tendencias ideológicas aparte- las primarias comenzaron siendo precisas incógnitas.

Pero vamos, dibujemos el acaso en base a las coyunturas de la realidad, Bernie Sanders, nuestro paladin socialista, es más impopular entre negros y latinos, o sea, Hillary Clinton se llevará el agua a su molino. Mientras que en la acera de enfrente, la de los republicanos, hasta teóricamente es improcedente aventurar nada. Con Chris Christie y Carly Fiorina ya en sus casas luego de retirarse del campo de batalla, la guerra entre los que quedan seguirá sin cuartel… lo bueno de todo esto, a mi modo de ver, es que ninguno da su brazo a torcer –(tendencia ideológica incluida) espero que ya cuando este tren vaya a toda máquina en cada estado gane siempre uno de ellos diferente- pero esperemos pues el súper martes, entonces comenzará a verse mejor.

* Escritor y periodista regiomontano, para comentarios: caballeror52@gmail.com