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2050 4 Marzo 2016

 



Esthela Gutiérrez, o el Síndrome de la Mujer Multitask
Joaquín Hurtado

 

Monterrey.- Esthela Gutiérrez Garza, secretaria de educación de NL, trae embroncado al Bronco por cobrar doble sueldo. La secre recibe cheque como responsable de la triste área educativa en el desgobierno de Jaime Rodríguez Calderón.

A la sazón deviene sueldo como investigadora y académica de tiempo completo en la UANL. Al mes rasca de ambas instituciones casi 200 mil pesillos.

Sin embargo, el ejecutivo nuevoleonés no ve conflicto para investigar ni mucho menos qué resolver. Cómo va a verlo si la impactante investigadora de las ciencias sociales es admirable modelo femenino para las millones de perdedoras que por holgazanas no brillan con esa luz triunfal.  

La señora fue citada en el H. Congreso para explicar el dobleteo de funciones y salarios. Entre otras perlas que la funcionaria soltó para defender su inmoral proceder dijo algo que si no es patético es ofensivo. La posición de aviadora de superlujo se lo debe a que ella es “mujer de doble jornada”. Que puede con ambas responsabilidades… y todavía más, sin des-pei-nar-se.

Apenas ayer una querida amiga catedrática de la UANL me daba un dato escalofriante: en la UNAM  hay 600 aspirantes para un doctorado X en ciencias sociales, pero el presupuesto y las vacantes sólo alcanzan para apenas 30 postulantes. Quinientos setenta se quedan nomás con las ganas.

¿Qué sucede en la Casa del Tigre? Aquí es al revés. Sólo una minoría desea conquistar el nivel de doctor en la misma área. De los muchos puestos ofrecidos para cursar ese grado académico apenas un puñado de interesados se acerca a pedir informes, muy poquitos se animan a inscribirse y un número en verdad ridículo se embarca y concluye la especialización. De ese tamaño es el fracaso educativo de nuestra entidad.

Deja más lana mal acabar la prepa o facu y en chinga poner un puesto de tacos, vender tachas en los antros, conducir un taxi o… convertirse en superaviador con puestazo en la Secretaría de Educación.

Por eso duele el escándalo en el que anda metida la secretaria de educación. Ni acierta a elevar los estándares de excelencia de su Alma Mater ni levanta a la jodidísima escuela pública. ¿A qué horas, si el día lamentablemente tiene sólo 24?

Ah, pero la doña se ufana de ser una mujer de “doble jornada”. Qué vergüenza. Como si esa condición de las mujeres en la despiadada economía neoliberal no fuera síntoma de un vicio social más profundo y hasta criminal.
Ella ya la hizo. No es como las otras pobres diablas, por más que estudian y trabajan todo el día nomás no hallan la puerta. Aunque trajinan hasta en tres turnos no completan para el gasto, menos para mirar a los hijos regados en guarderías infames o con abuelas diabéticas y cegatonas, a merced de La Rosa de Guadalupe, la verdadera educadora de estas generaciones.

Las triplejornaleras como mis amigas, mi mujer, mis primas y mis hermanas no han salido de fregadas ni han logrado en toda su vida lo que Esthelita Gutiérrez ha obtenido en menos de un año. La nómina estatal la ha consentido por encarar con creatividad y talento el síndrome de la Supermujer. Ese estereotipo de género que alegremente puede romperte el espinazo, alivianarte para torear el tráfico urbano y  multilpicar los minuteros como Jesús hizo con los pescaditos y el pan. Y hasta tiempito te sobra para hacer grilla de alto octanaje.

Pero el Bronco, como el Diablo e igual que la Superwoman, no descansa. El lenguaraz acabó por hundir –¿sin querer?– a su protegida. Al tratar de justificar lo indefendible dijo que él no ve que Esthela Gutiérrez esté cometiendo ningún delito, ninguna violación constitucional. Perfecto, si su majestad Huevogrande lo decreta, así debe ser. La secretaria del ramo que más presupuesto maneja en el gobierno estatal debe agradecer este espaldarazo y quintuplicar los resultados por sacrificarse en bien de la niñez y juventud neoleonesa.

Según el Bronco, el botín entregado a la señora secretaria es muy justo y merecido. Es que ella resuelve proactivamente ese síndrome que aqueja a las mujeres condenadas al polichambismo. Seguro la dama ganará el cielo de las banderas feministas. Las víctimas del minisalario deben imitarla y resolver con ingenio la amenaza de la miseria y las plagas del insomnio y neurosis crónicas.

Nadie piense que la vocación doblejornalera de Esthela Gutiérrez huele a feminismo chapucero. La defensa que ha hecho Jaime Rodríguez de su superjaladora secretaria es el típico abrazo del oso macho. Hagan de cuenta el Grizzly Bear que revuelca a Leo de Caprio en el filme de Iñárritu. Resulta  paradójico que el éxito económico, político, profesional y personal de la orgullosa feminista hoy se lo debe a los huevotes del Bronco. Si el Pelado dice que la vieja puede, pos puede y más.

Pronto, queridas, a mamar y dar topes, que la nómina se va a secar.

 

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