Suscribete

 
2052 8 Marzo 2016

 

 

Tomás Garrido Canabal
Ismael Vidales Delgado

 

Monterrey.- El 20 de septiembre de 1890, nació en el seno de una familia de terratenientes, en la finca Punta Gorda en los límites de Tabasco y Chiapas, Tomás Garrido Canabal.

Quien habría de convertirse en una de las personalidades más controvertidas de la historia de Tabasco y de México. Para unos, fue un dictador diabólico enemigo personal de Dios, para otros fue un líder socialista indiscutible.
        
Para el historiador Manuel González Calzada, Garrido Canabal era un hombre alto, fuerte, erguido, de pasos firmes, de mirada perspicaz y penetrante, producto de unos ojos verdes de vivacidad reveladora de un grande y recio carácter; inconmovible, por lo general: en sus decisiones, leal en el compromiso, macho en la paz y en la guerra; jugador decidido a la política, independiente en sus dominios, desde donde jamás, reconoció sino a un solo jefe; combatiente tenaz contra la adversidad propia, fiel a la amistad hondamente fincada.
        
El mismo historiador agrega, Garrido Cabanal tenía cualidades el monstruo: frío en la represión, constante en el rencor y el odio, tozudo en sus decisiones negativas; incrédulo ante la amenaza del desprestigio, violento en el castigo y la venganza; desconfiado ante la luz ajena, egocentrista, absoluto, desdeñoso de la cultura en su más amplio sentido; escaso en su información sociológica, audaz en sus pretensiones de creador; de ideas explosivas, altanero en su papel de jefe.
        
Cuando apenas cursaba el primer año de secundaria, fue expulsado del estado por participar en una manifestación contra el gobernador porfirista Abraham Bandala. Se trasladó entonces a Veracruz para concluir sus estudios de secundaria y después, a Campeche, donde terminó en 1915, a los 25 años, los estudios de abogado.
        
Regresó a Tabasco y en 1919, se hizo cargo del gobierno interino. En cinco meses (de agosto de 1919 a enero de 1920) integró las Ligas Campesinas y las Agrupaciones Obreras y formó los primeros grupos juveniles identificados con la Revolución.
        
En 1922 fue electo gobernador para el período 1923-1926. En 1928, el gobernador Ausencio Cruz, a instancias de Garrido, inició la campaña para «desfanatizar» al pueblo. «Garrido declaró que para ser libres, es necesario destruir las raíces del virus religioso y razonaba: ¿cómo es posible que una persona en su sano juicio pueda leer la historia sin llegar a la conclusión de que la religión y el alcohol han sido las maldiciones más grandes de la humanidad».
        
Garrido, se dedicó a derribar los templos, expulsar sacerdotes, quemar las imágenes de santos y vírgenes allanando hogares para incautar todos los objetos y símbolos religiosos que encontraran. Garrido organizó asambleas «culturales» encaminadas a alejar al pueblo del dogmatismo religioso: se hacían discursos contra la religión, se leían poemas, se oía música o, simplemente se quemaban santos.
        
Prohibió el uso de cruces sobre las tumbas; las fiestas religiosas fueron sustituidas por ferias regionales; se cambió la designación de todas las rancherías, pueblos, villas y ciudades que llevaran nombres religiosos y se les puso el nombre de héroes, maestros, libertadores regionales, artistas, sabios, etc.; se prohibieron todos los escritos que hicieran alguna referencia a Dios.
        
Otro de los propósitos de Garrido era eliminar todos los vicios, especialmente el alcoholismo. Organizó ligas antialcohólicas que trabajaban a nivel municipal; mandó quitar las puertas de las cantinas para avergonzar a los parroquianos, e hizo cambiar el mobiliario para que la estancia allí resultara lo más desagradable posible. Cerró los establecimientos expendedores, canceló los permisos de producción de alcohol.
        
En 1934, cuando el general Lázaro Cárdenas era presidente de la República, Tomás Garrido salió de Tabasco para hacerse cargo de la Secretaría de Agricultura, cargo al que llegó acompañado de sus célebres grupos de jóvenes camisas rojas. Llegó en un avión pintado de rojo y negro, los colores de la bandera soviética, acompañado de su esposa y su hija Zoila Libertad, y sus dos hijos: Lucifer y Lenin.
        
Tomás Garrido renunció a la Secretaría el 15 de junio de 1935 y regresó a Tabasco junto con sus camisas rojas que protagonizaron un enfrentamiento armado en el que resultaron más de 80 heridos, 10 jóvenes muertos, por lo que se levantaron fuertes protestas en todo el país exigiendo el castigo de Garrido, por lo que fue exiliado de México el 11 de agosto de 1935, y se dirigió a Costa Rica, con lo que concluyó el garridismo en Tabasco y su influencia a nivel nacional. Regresó de nuevo en 1941 y murió en Estados Unidos el 8 de abril de 1943, en un hospital de Los Ángeles, a los 52 años, víctima de múltiples tumores en los huesos. Fue incinerado y sus cenizas debieron ser esparcidas sobre Tabasco, pero el presidente Ávila Camacho negó el permiso.


Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 

 

15diario.com