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2067 29 Marzo 2016

 

 

Viacrucis de viajar en el proletario
Roberto Guillén

 

Monterrey.- Es la regiomontana tardecina primaveral que la convencionalidad ha rotulado como “Viernes Santo”, donde las mareas que hormiguean la Plaza Morelos procuran remarcar en sus rostros que sí, efectivamente, ellos sí andan de turistas.

Que no están jodidos, que hay que estar “inn”, porque así lo exige la fortaleza de la convencionalidad.

Se antoja un cono de nieve y nos vamos al McDonald's por un cono de nieve, mientras mirujeamos que no llegan los activistas del colectivo Únete Pueblo, quienes han anunciado a las 13: 30 horas el Viacrucis del Usuario   en el Facebook.

Y es que el calorcito regiomontano se antoja para estar tirado en la hamaca junto a la presa La Boca, mientras imaginas que el amor de tu vida hace realidad la verdad de William Shakespeare:  dulce  es pensar en los brazos de la doncella amada.

Y de pronto atisbo que por la calle Zaragoza se desplaza la comandanta Rocío Montalvo, en compañía de su femenina tropa, que portan en sus cabezas el velo que les impone la pretendida santidad que exige toda orden religiosa.

“Habemus performance”, dije para mis adentros, al tiempo que me vino a la memoria las estampas de Nacho Zapata y Javier Orellana, con quienes en otro tiempo protagonizamos el Viacrucis del Usuario, pero en protesta por los altos costos que la Gas Natural le imponía a la población.

Ahora se trata de protestar contra los altos costos del transporte urbano y también contra las condiciones deficientes en que opera, con eso de que el 65 % del transporte urbano es una vil chatarra que cobras tarifas que ni en los Estados Unidos.

Y por eso vemos que un Cristo sufriente lleva sobre su espalda un camioncito habilitado con papel cartón, donde se ha rotulado “Ruta 89”, la misma que embistió al usuario Carlos Rayas, causándole la amputación de ambas piernas.

Sus latigantes lo conforman las mafias del transporte, como lo son la CTM y los Martínez Chavarría, entre otros. Aunque es importante señalar, como siempre lo han reconocido los integrantes del colectivo Únete Pueblo, las rutas camioneras que operan los Lazcano, son de lo mejorcito que hay en la metrópoli.

En las caídas del Cristo urbano las pupilas de los caminantes se observan como las miradas vacías de esas muñecas que venden en las jugueterías de Julio Cepeda. Por lo que la lucha del colectivo Únete Pueblo, también es contra la indolencia de la people descoyuntada para posibilitar eso que llaman Or-ga-ni-za-ción.

El Cristo de Únete Pueblo es un performance que traza los tufos de un judas social que se mofa frente al bovino Shopping de un Viernes Santo:
…y no cumplió su promesa de transporte gratis para los estudiantes.


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