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2068 30 Marzo 2016

 

 

Pintoresco (gasta-millones) empleadillo público
Hugo L. del Río

 

Monterrey.- Elí Amed Orellán Marín no es, precisamente, el hombre más inteligente del mundo. De hecho, se libra una enconada competencia entre los tres elementos fundamentales de su carácter y temperamento: la corrupción, el cinismo y la memez. Nuestro personaje trabaja –es un decir– en el palacio municipal de San Nicolás.

Es, pues, uno de los cortesanos y, supongo, cómplices de Víctor Fuentes, el alcalde que padecemos los nicolaítas. Elí Amed ocupa un puesto de cuarta o quinta categoría: director de Concursos de la Secretaría de Obras Públicas.

Su cargo no apantalla a nadie, pero a lo que se ve es más productivo que un casino. El tal Orellán gana 22 mil pesos al mes. Debe ser un genio de las finanzas: con ese estipendio se compró una camioneta de un millón de devaluados. Y presume de viajar a su placer por el ancho mundo que, obviamente, no le es ajeno.

Tiene, ya lo dijimos, déficit grave de inteligencia y no es un muchacho de poderosa imaginación. Se desplaza por Estados Unidos y algunos países de América del Sur. Macalleando en la Quinta Avenida, diré si se me perdona el barbarismo. Y hasta ahí le da el cacumen. Debe ser de los nacos que en París come hamburguesas y bebe Coca Cola. Éso sí, el hijo político de Zeferino Salgado, uno de los hombres poderosos de este rancho donde vivo, a su paso deja vacíos los anaqueles de licorerías y supermercados. De paseo por esta tierra regala cajas de güisqui, coñac y toda suerte de etílicos caros.

Además, el muchachote presume de ser un atleta sexual: subió a la red una reunión preparatoria con cuatro chicas que, a simple vista y sin ánimo de ofender, se nota que no hicieron voto de castidad. ¿Cómo puede un burócrata que, supongo, en sus ratos libres lustra los zapatos y lava los autos de Víctor Fuentes, darse esos lujos con 22 mil al mes?

Lo que sigue es lo más pintoresco: Elí Amed se nos pone de pechito al subir a las redes los testimonios de su arrollador avance hacia... ¿hacia dónde? Por lo pronto, hacia el ridículo. Se habla mucho y con toda razón de las traparerías de la familia Medina, de Arellanes et al. Pero olvidamos el cacicazgo del Yunque panista en San Nicolás. Sí, porque aparte son admiradores de Hitler.

Víctor Fuentes ordenó una investigación. Sí tú. Elí Amed ha de estar muerto no de miedo, pero sí de risa.

México es la capital mundial de la impunidad. Hablamos, conste, de un empleadillo público de muy débil relieve quien pese a ello gasta millones y además lo difunde.

¿Qué podemos esperar de los jaques de la pirámide del poder?

hugo1857@outlook. com


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