¿Hechos aislados?
Hugo L. del Río
Monterrey.- Pobre de mí. Ignoraba que en el Colegio Militar ahora enseñan a los cadetes a torturar mujeres hasta obligarlas a confesar lo que los castrenses les exijan. Qué tristeza. Durante años, el plantel fue una de las pocas instituciones que inspiraban respeto.
Los alumnos-cadetes, como los llaman los franceses, escribieron varias páginas de heroísmo: la defensa del castillo durante la guerra contra los gringos; el servicio de escolta al Presidente Madero bajo la lluvia de balas y muerte de la Decena Trágica; la carga de Caballería contra los artilleros de Obregón que disparaban al tren de Venustiano Carranza. Tan hidalgos los muchachos como los cañoneros. El jefe de la Artillería no los quiso destruir y ordenó retirar las baterías. Hermosas historias que nos legó una juventud educada en el honor y el patriotismo.
¿Y ahora? Un capitán del Ejército, una policía militar y una agente federal se dejan videograbar al tiempo que torturan a Elvira Santibáñez en un jacal de Ajuchitán del Progreso, Guerrero. Los verdugos son, además, muy tontos. La sesión de martirio tuvo luhar hace más de un año. Pero, ah: la SeDeNa lo ignoraba. Por lo menos, el capitán y la PM fueron arrestados. La federal seguía "trabajando" todavía hasta el jueves de la semana pasada, día que finalmente fue detenida.
A Santibáñez la acusaron de secuestro. Y, claro, confesó. Igual se hubiera declarado culpable de derramar aceite hirviendo en los pies de Cuauhtémoc. ¿Se le enjuició como marca la ley? ¿Tuvo abogado defensor? ¿Compareció ante jueces civiles o militares? El delito de que la acusaron no tiene nada que ver con la legislación castrense: un secuestro. Cosa fea y todo eso pero, ¿por qué carajos interviene el Ejército en un crimen del orden común? Otrosí.
Dejemos de momento el martirio: ¿tiene el estamento militar facultades para someter a interrogatrio a los civiles? Todo esto es muy decepcionante. México se nos escapa como arena entre los dedos. Oh, sí, claro: el titular de la SeDeNa, Salvador Cienfuegos, se disculpa y pretende endulzarnos el veneno de la represión: "son hechos aislados", nos dice.
En México se hace cada día más honda la brecha entre la palabra y la realidad. Y esta última nos confirma que hoy por hoy el Colegio Militar entrena a los muchachos para que aprendan a torturar. De preferencia, mujeres.
Deposito una flor en la tumba del general Felipe Ángeles, quizás el último caballero de la milicia. Y es la Policía Militar la entidad que protegerá al regiomontano, ¿Quién nos va a proteger de nuestros protectores?
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