Suscribete

 
2158 3 Agosto 2016

 

 

Todo lo que se dice del IMSS es cierto
Samuel Schmidt

 

Ciudad Juárez.- Decidí utilizar el servicio del IMSS para confirmar como observador directo, si lo que se dice de él es cierto. Y después de un año lo confirmo.

La concepción del IMSS es brillante. Crear una institución que atendiera los aspectos preventivos de la salud, la atención especializada, la jubilación y la cultura, reforzaba la noción de un gobierno preocupado por los aspectos fundamentales del individuo. Pero con el tiempo el modelo fue cambiando.

Primero prácticamente desapareció la cuestión cultural. Los teatros que llevaron cultura a todo el país sirvieron para otra cosa. Los centros recreacionales dejaron de ser la opción vacacional de los derechohabientes. El resto del sistema se burocratizó. Los jubilados se pueden morir de hambre y de hastío frente a un sistema de salud ineficiente, que está lleno de médicos burocratizados y sin motivación para servir a la gente.

Una doctora familiar se pone furiosa cuando alguien le dice que su salario sale de las cuotas, lo que es cierto; pero le gana el prejuicio cuando el obrero asume su papel de patrón, ante ella, que se siente elegida por los dioses por haber estudiado medicina.

La atención del médico familiar es deficiente por decir lo mínimo. Un día la doctora se quejaba del sindicato, pero cuando le reclamé que llegara 30 minutos tarde a dar consulta, ufana me dijo que el sindicato les había conseguido media hora de descanso.

La entrega de medicinas tiene su encanto. Si le recetan medicamentos crónicos, o sea que tomará a largo plazo, como aquellos para diabetes, alta presión, etcétera, el IMSS se los da por un mes, así tendrá que volver solamente para que le den una receta. No espere que todos los medicamentos estén en el cuadro básico, y prepárese a comprar lo demás, que usualmente es caro.

Ver al médico especialista es complicado. Un cardiólogo reclamó por ir a darle seguimiento a problemas de alta presión. Reclamó que el paciente no hubiera integrado a la carpeta un documento que nunca le entregó. Por supuesto que llegó tarde a la consulta. Presenté una queja formal contra él, que nunca fue respondida. El sistema para eso en internet no funciona y la dirección del hospital no se dio por enterada.

Los servicios especializados no son puntuales; bueno, nada lo es, eso ya quedó establecido. Las citas para ver a estos médicos son por bloques de tiempo. Si llega usted a su cita a las 15:00 horas y los 10 pacientes que van a esa hora llegan antes que usted, seguramente esperará unas dos horas para ser atendido.

Tal vez el modelo sea bueno para los jubilados que de esa forma se entretienen. Pero si usted todavía trabaja, tendrá que perder media jornada de trabajo. Pero el IMSS no esta ligado con la productividad.

No es fácil llegar a los especialistas, pero con tesón se llega. Para una colonoscopia, primero la médico familiar debida enviar al gastro, este, después de una buena espera para la cita, debía ser convencido para ordenar la prueba. La lectura de los resultados se la pedí a un amigo internista.

Las instalaciones del IMSS no se caracterizan por su higiene. Hay pisos, escaleras y salas de espera que no han recibido una limpieza profunda en muchos años. Las esquinas están negras de mugre. El hospital donde hacen la colonoscopia tenía una mugre acumulada de mucho tiempo. Si tenía miedo por las fallas asociadas a esas pruebas, mucho más tenía ante la posibilidad de una infección, ante la falta de higiene.

Ante la disfuncionalidad evidente del Instituto, en un acto populista el presidente incorpora millones de estudiantes. ¿Cómo le harán para que no pierdan clases? ¿Cuánto empeorará el servicio para los derechohabientes que ya sufren la precariedad de la atención? Tengo serias dudas de si el IMSS podrá lidiar con los retos de una población envejecida que reclama atención de calidad y una medicina más cara.

El IMSS no tiene remedio. La gente (los prestadores de servicio y los derechohabientes) está desmoralizada. Llevo varios meses escuchando de la doctora que van a privatizar el Instituto; ¿y después qué?

No se trata que las áreas de alto nivel, como el Centro Siglo XXI muestren que funcionan o que amplíen sus servicios. Se trata que la atención primaria, a donde llega el grueso de los usuarios, hasta en el último rincón del país, funcione adecuadamente. Se trata que la atención especializada sea de calidad y que el aparato que apoya a la medicina moderna, funcione adecuadamente.

Nos repiten hasta el cansancio que el Instituto está quebrado porque mal utilizaron las cuotas para jubilación, lo que puede tener remedio. Pero de la caída moral y de calidad de servicio, no hay nada que lo pueda componer.


 

 

15diario.com