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2183 7 Septiembre 2016

 



¡Poetazos apoya la literatura femenina!
Eligio Coronado

 

Monterrey.- Además de publicar gratis, la Editorial Poetazos está apoyando a las escritoras locales como nadie lo había hecho antes. En los últimos dos meses ha lanzado libros de  Hilda Yolanda Montemayor González (Diferencias reconciliables), Aidé Cavazos González (Alex: crónica de una tormenta anunciada y otros cuentos), Adriana Concepción Flores Tanguma (Casa llena); y ya se encuentra en preproducción uno de María Antonia Martínez Rivas (mi querida Antónima).

Ya antes había dado a conocer títulos de María del Carmen Benítez Flores (El tesoro de Pancho Pantera y Los zapatos de bombón, ambos en coautoría), Norma Yamille Cuéllar (No juegues con ellas), Marisol Vera Guerra (Canciones de espinas), Alejandra Cantú (El brillo de María), Mónica Carrillo (Poemínimos para pequeñas tardes grises y Poemas para Nochebuena), Olga Carrizales (Mi Barbie nunca tuvo un Ken), Priscila Palomares (Detrás de la montaña roja y Lo que alguna vez fue Regina), Laura Elena Cáceres (Amantes del plenilunio) , Adriana Cisneros y Claudia Aguilar (Sangre de diosas, en coautoría) y Nora Cayetano (La doncella sin nombre). Esto, sin contar a las autoras de otras latitudes.

Qué bueno que la creatividad femenina de nuestro estado disponga de este surco promisorio y no de la habitual Comala a la que nos enfrentamos todos los días, donde los habitantes son fantasmas y además no leen.

¿A qué se debe este fenómeno? ¿Son las mujeres mejores escritoras que los hombres? ¿Sus historias sacuden más a los lectores y los arrojan por el tobogán de la neurosis? ¿Sus personajes están vivos y no muertos o adormilados? ¿Su fantasía no ha sido guillotinada por la rutina o la pereza?

No podemos hablar de rentabilidad porque aquí no hay un mercado literario. Las autoras (al igual que nosotros) sobreviven como pueden, dedicándose a actividades alternas para mantener la vocación a salvo de un repentino naufragio de conciencia.

Otro punto cancerígeno en nuestro país es la falta de lectores. Hasta ahora no ha habido programa o estrategia que funcione para generar consumidores de libros. Hasta las librerías de viejo envejecen en la vetusta soledad de sus pasillos.

Y en medio de esta debacle social y espiritual, la Editorial Poetazos continúa enfrentando a los molinos de viento de la economía que no son tan metafóricos y ya le han propinado varias zarandeadas.

¿Cómo le hace su director, Rafael Cárdenas Aldrete (Monterrey, N.L., 1964), moderno Quijote sin rocinante ni escudero, para mantener el ritmo editorial sin costo para los autores y propiciar este auge de las escritoras locales?(También es justo señalar que algunos de estos volúmenes son los primogénitos de sus autoras.)

 

 

15diario.com