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LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA
Coral Aguirre

El martes, mi esposo fue a hacer las compras como todos los días al Wal-Mart de Céntrika; me dice que por ser día de ofertas el estacionamiento estaba al tope. Eran alrededor de las 11 am. Cuando salió al borde del mediodía los carros seguían llegando y la gente llenaba senderos, entradas, banquetas y cajones.

Poco después sucedió el suceso que hoy comentan los periódicos locales. Un hombre de sesenta años al bajar de su camioneta fue asaltado, intentaban robar su vehículo, el hombre valerosamente se resistió, no hubo de otra por parte del delincuente que pegarle un tiro. Los comentarios del barrio señalan que de todos modos fue despojado. Era un ciudadano común cuya “participación ciudadana” no le sirvió de nada.

Así llenamos la ciudad y la vaciamos por las madrugadas sin saber qué va a ocurrirnos. Ocupamos los espacios, como dice el presidente Calderón y sin embargo, hacerlo, conlleva un riesgo que ninguna participación puede atenuar. Este hombre, nuestro presidente nos exhorta a tomar cartas en el asunto, es decir, a participar en la lucha contra la delincuencia y el crimen organizado. Me pregunto cómo quiere que hagamos esto. Me pregunto si lo que quiere decirnos es que salgamos a la calle armados, que cuando vamos a hacer las compras enfundemos nuestra pistola y si es necesario, nos hagamos justicia por mano propia o bien, ¿qué otra cosa? Que nos ocupemos de contribuir a los desmanes de la policía y el ejército, que llamemos a sus puertas para ser humillados y sospechosos. O bien ¿qué otra cosa señor presidente? Si cuando levantamos denuncias nadie nos hace caso.

En mi colonia apareció un auto que estuvo estacionado meses y meses, era robado, finalmente llegó la autoridad correspondiente y se lo llevó. ¿De quién sería? ¿Habrá hecho la denuncia su dueño? Y si no la hizo ¿por qué?
Hace dos o tres semanas recibimos una amenaza telefónica, se nos acusaba de haber dado un pitazo a la policía sobre un coche estacionado con mafiosos y ametralladoras, nos dijeron que nos iban a rafaguear. La tal denuncia no era cierta, pero si lo hubiese sido, ¿quién se hacía cargo? ¿Con qué criterio aun cuando yo vea los peores malandras en la calle los voy a denunciar? Estamos amenazados de día y de noche.

La semana pasada robaron la batería de mi coche en plena madrugada, seguramente. Si yo hubiera escuchado a los ladrones ¿qué decisión tomo? ¿La tan mentada participación ciudadana? Salgo a la calle y me hago justicia propia con el riesgo que me peguen un tiro primero, o bien acuciosamente corro al teléfono como ya ha sucedido para escuchar que la línea está ocupada o bien que ya llegan pero nunca aparecen o bien cuando lo hacen los ladrones ya se fugaron con el botín.

De qué está hablando el presidente cuando nos incita a dicha participación y nos exhorta a ser responsables, ¿responsables de qué?

Esta semana decidí hacer una pregunta a mis alumnos ¿Qué opinan del ejército en las calles? Curiosamente varios de ellos eran de Montemorelos, donde sabemos muy bien lo que está pasando. Estaban espantados, ellos y el resto de sus compañeros, el ejército en la calle es el terror, dan miedo, cuando los vemos no sabemos qué hacer, dónde meternos, son tan arrogantes que parece que nos van a pasar por encima, no se les puede preguntar nada, comienzan a los tiros y vaya a saber si miran si hay civiles, gente inocente, etcétera, etcétera, todo eso y mucho más manifestaron. Y ni hablar de ocupar espacios familiares, propios, de uno, porque tanto los narcos como los uniformados, pueden entrar y hacernos mierda.

La participación ciudadana, la participación del ejército, la participación de la policía y sus secuaces…

Señores, esto es un verdadero cambalache con el agravante que en ello van nuestras únicas, frágiles, pobrecitas vidas.

¿De qué participación ciudadana me habla Señor Presidente?

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