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937 28 Noviembre 2011

Frases sobre Marcelo
Samuel Schmidt

L
os Ángeles, California.-
Con qué frecuencia se usan mal las frases para la explicación de la política, una explicación que generalmente se caracteriza por su superficialidad. El caso reciente de la elección de candidato del PRD es un ejemplo notorio.

Perdiendo ganó. Con este argumento se resume el intento fallido de Marcelo Ebrard por ganar la candidatura perredista a la presidencia de la república. Y de ahí en adelante se arranca la especulación. Como el PRD va a perder las elecciones, Marcelo se evitó la pena de ser candidato perdedor; si López Obrador (AMLO) gana, Marcelo podrá reclamar la Secretaría de Gobernación y de ahí brincar a la presidencia en el 2018. En ambos casos queda como el perredista mejor posicionado.

Como parte de la especulación está el cumplimiento de un pacto que nadie conoce fuera de los dos implicados, pero se adelanta que Marcelo se queda con el control del Distrito Federal y que nombrará al candidato a Jefe de Gobierno y a los delegados (no dicen los agoreros a cuántos) y como es la única posición que le queda al PRD, el triunfo lo encumbrará.

Le encuentro varias fallas a las especulaciones:

1) Manejar a Marcelo como opción para el 2018 implica cerrar la posibilidad de análisis a cualquier otro político que pudiera destacar y difícilmente se puede dar por descontado que las fuerzas políticas respetarán un pacto en el que no tomaron parte. Pero además, en la historia son múltiples las ocasiones en las que los pactos se rompen, en México está el que hicieron Carlos Salinas y Manuel Camacho para sucederse en la presidencia y que cuyo rompimiento lanzó a Camacho a las filas de una izquierda, que siempre combatió con denuedo. Si AMLO gana la presidencia nadie puede garantizar que maneje la sucesión para dejar a alguien escogido en este momento, o que las fuerzas aceptan desde ahora como si fuera profecía.

2) Nadie compite para perder. Difícilmente se puede aceptar que Marcelo se metió a este proceso para perder y posicionarse para el 2018. Le sirve que se piense que es la única opción viable para el futuro cercano, pero siempre se verá como perdedor y le pueden brincar más opositores de los que se imaginan esos analistas.

3) Haber sido candidato en el 2012, aunque perdiera, no le cerraba las puertas de elecciones futuras. Vemos ya que los candidatos lo son en más de una ocasión, Cárdenas lo fue en tres elecciones, AMLO va por su segunda y por su edad a Marcelo le da hasta para tres elecciones.

4) Marcelo es un buen candidato de la izquierda. El problema es que la izquierda no está en manos de la izquierda. El que Ebrard, Camacho y AMLO se hayan apropiado de las siglas de lo que alguna vez fue la izquierda no los hace izquierdistas. AMLO y Ebrard han gobernado bien, se nota la obra pública, han promovido y aplicado algunas políticas progresistas, pero no gobiernan como izquierda, como tampoco lo han hecho los gobernadores perredistas en varios estados, que además ya han perdido estrepitosamente.

Marcelo no es de izquierda, la combatió junto con su patrón y mentor Manuel Camacho; López Obrador, en su devenir político fue líder comunitario, pero en esos entonces lo hizo como miembro del PRI y encabezando luchas priistas.

5) Marcelo no se peleó y aceptó la derrota. La imagen de rijosos la tienen bien ganada los perredistas, no saben ni ganar ni perder, de esto se valieron los propagandistas que buscaban un descarrilamiento en la elección de candidato del PRD para que la competencia fuera a dos manos. Este arreglo mostró la manipulación a que someten a la sociedad y cierta madurez, por lo menos entre AMLO y Marcelo, con lo que cambió el cálculo que habían hecho los otros partidos. Se podría sostener que nada está escrito para la elección, ni siquiera la supuesta garantía del regreso del PRI, por arriba que vaya en las encuestas.

Otra frase hueca es que “Necesitamos izquierda para que equilibre”; lo impresionante es que el que lo dice va y vota por la derecha; es intrigante por qué la derecha cree sentir la necesidad de tener un referente de izquierda, a no ser para tener el gusto de derrotarlo, ya sea por la buena o por la mala, como presumía Fox y para lo cual no escatimó esfuerzos, llegando inclusive a violar la ley.

Mientras tanto, mucho bien nos haría que el análisis se basara más en hechos probados y menos en especulaciones.

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