Suscribete
974 18 Enero 2012

Origen del poema
Eligio Coronado

M
onterrey.-
La gente siempre se pregunta qué es la poesía y casi todos los poetas han tratado de explicarla, a veces con su obra y a veces directamente. En su poema “Los que dicen saber”* (incluido en la antología Verso Norte 2010. Bitácora de voces, p. 11), José Javier Villarreal aborda esta cuestión: “LOS QUE DICEN SABER aseguran que la primera línea de un poema / llega dictada por los dioses”.

Al mencionar a “los dioses”, Villarreal se refiere a que el poema es otorgado a los poetas por seres superiores, concepto que procede de casi todas la religiones. Recuérdese la creencia general de que el universo y todo lo que lo compone: la vida, el mundo, el cielo, el infierno y todo lo demás, incluyendo, claro está, la poesía, fueron creados por divinidades sagradas llamadas comúnmente “los dioses”.

Más adelante, Villarreal (Tecate, Baja California, 1959) complementa esta idea señalando que “sólo el primer verso pertenece al reino de la inspiración”. ¿Y qué es la inspiración? Pues la inspiración es el momento exacto en que un espíritu es impactado por algún acontecimiento específico de la realidad.

Poco después, Villarreal retoma la idea del primer verso para enfatizar que “ese primer verso, / esa frase inspirada” ha sido “dictada por el ángel –como diría otro poeta”. El ángel, no está por demás indicarlo, es una figura que pertenece también a la mitología religiosa.

¿Y el resto del poema? ¿De dónde procede? Villarreal explica que eso “escapa al orden divino” y que “después el poeta tiene que ir levantando el resto, excavando las zapatas, / amarrando los castillos, / trazando con la plomada ese pequeño horizonte que dará nivel a la / construcción”.

Buena metáfora para ejemplificar el trabajo que requiere la hechura de un poema. Dicho de otro modo: “lo que sigue se mide con las tablas del hombre, / con esas comparaciones y coincidencias que el poeta no se cansa de / establecer”.

Y entonces surge el poema: “de pronto aparece esa luz, ese lucero que ilumina nuestra pequeñez / y nosotros, bajo esa luz tan intensa, nos sentimos todavía más solos” pero luego “creemos adivinar figuras y constelaciones / y nos vemos reflejados en ellas y la noche adquiere un sentido / haciendo que el día se nos prometa menos hostil”.

He aquí la emoción que se percibe al escribir un poema, aunque no siempre se logre transmitirla a los lectores pues, “esas anécdotas, más soñadas que vividas” de que se vale el autor, según advierte Villarreal con cierta resignación: “a casi nadie interesan”.

De todos modos, pese a la incomprensión casi general: “El poema está ahí, en el cielo, brillando, con todos los materiales propios de la tierra”.

José Javier Villarreal. “Los que dicen saber” en Verso Norte 2010. Bitácora de voces. Zaira Espinosa y José Jaime Ruiz, comps. Monterrey, N.L.: Edit. UANL / Posdata Editores, 2011. 157 pp.

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 

La Quincena Nº92

La Quincena Nº92

15diario.com