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1012 12 Marzo 2012

Nuestro Central Park
Gerson Gómez

Reinauguración de la Alameda en tres movimientos

Monterrey.- El aroma al aceite quemado se ha ido. Como también demolieron la biblioteca pública, la fuente en el extremo norte, las instalaciones del Inapam, la fuente de Cri Cri, el foro al aire libre, los baños públicos, la oficina de trámite de pasaportes municipal y del Pentatlón Militarizado.

Cayeron por efecto del clima muchos árboles centenarios. La sequía y el frío. Alguien hace un año dejó abiertos los aspersores, que con la helada, produjeron una hermosa postal, sólo que fue el tiro de gracia. Se quemaron por fuera y por dentro. Sólo las raíces, largas y profundas, los mantuvieron de pie.

Tanta dulzura
La Alameda Mariano Escobedo, tradicional centro de ligue, sobre todo los domingos. Las mujeres y los varones, la mayoría inmigrantes, trabajadoras domésticas y de la construcción, se reunían para recorrer el sitio. Los hombres las abordaban con el fin de noviazgo.

El Monterrey antiguo dejó de asistir, cicatrizó el espacio, evitando las confundieran con empleadas domésticas, con macheteros y albañiles.

No es pecado
El Municipio lo decidió de manera formal y unilateral. Vamos a recuperar la Alameda Mariano Escobedo. Para ello legitimó la solución formando el Comité Ciudadano para la Regeneración de la Alameda. Entre los integrantes de dicho consejo están la Uanl, UR, Udem y el Itesm; también el Instituto Nacional de Antropología e Historia (Inah), la Asociación Nacional de Actores (Anda), el historiador Israel Cavazos y vecinos de la zona.

Así se expulsó a los puestos de comida, los boleros, los tendajos de cuidado de maletas de los transeúntes por diez pesos al día, en el famoso consulado de San Luis en la ciudad.

El volumen de mi corazón
El Arco en la Alameda fue realizado por Paulino Decanini Galli y data de junio de 1910.

Hay una arcada en cada esquina de la Alameda, con un busto en la parte superior de los Caudillos de la Independencia.

Son arcos formados con columnas rectangulares en forma de aguja. En la parte inferior del fuste hay unas decoraciones triangulares con bajo relieves y en la parte superior unos bajo relieves de perfiles de algunos personajes.

El arquitrabe tiene al centro un cubo sobre el que descansa el busto del personaje. Durante las festividades del Centenario de la Independencia, el Ayuntamiento ordenó la construcción de cuatro arcos de concreto armado que quedaron colocados en la Alameda Porfirio Díaz (hoy Alameda Mariano Escobedo).

Esta obra fue inaugurada junto con el pedestal de la estatua de Miguel Hidalgo, colocada en la plaza que lleva su nombre. Estas obras le costaron al municipio 14 mil pesos.

La Fuente Chiquita del autor J.L. Mott (Jordan Lawrence Mott). Data del 28 de mayo de 1878 y fue fabricada por la empresa Iron Works de New York. La composición es una amalgama de adornos fundidos en fierro vaciado que por su antigüedad da un atractivo contraste con las otras dos fuentes que se encuentran en la Alameda y que son de estilo modernista.

Aun siendo construida originalmente en Estados Unidos, se trata de una obra de estilo europeo legítimo. Anteriormente poseía una escultura en forma de águila localizada en la parte superior; en julio de 1966 se le hizo una restauración y fue declarada como patrimonio histórico de Nuevo León.

Amor gigante
Con la inauguración de La Fuente Lúdica, la colocación de una réplica del quiosco original de hace 150 años y el Teatro Hundido, atrajeron paseantes. Pueblo globero, ansioso de novedad.

Colección de autos de los años cincuenta y sesenta. Grupos de baile disfrazados de Catrines, damas de sociedad, revolucionarios y norteños, con la cuera tamaulipeca, pasean por los andadores.

La sinfónica del estado, apoltronada en el kiosco, espera la  llegada del alcalde, quien lo hace a tiempo, franqueado por seis soldados al frente, que despejan el área.

Tres camionetas blindadas hacen tiempo por la calle Aramberri. Otra más, en Villagrán, con seis elementos del ejército con fusiles de asalto, y otra más, media cuadra más atrás.

La Alameda ha vuelto a reflejar alma nueva, sólo que herida. No la van a reconocer.

Este espacio no es amigable, solamente remozado. Enorme plancha de concreto, con menos arboles.

Carece de andadores especiales para las personas con capacidades diferentes. El teatro hundido no cuenta con rampas, ni con protecciones. Es el área más problemática. Ya que sin duda será el que mayor deterioro mostrará. Falta además, por ser hundido, un eficiente drenaje, ya que los canales son insuficientes a las trombas de la ciudad.

“Como lo saben, soy ingeniero civil de profesión ─mencionó el alcalde, emocionado en la inauguración─, de todas las obras que he logrado entregar en la administración, los más de diez complejos y adecuaciones viales, con lo que me voy a ir contento, es con haber devuelto a los regiomontanos la alameda Mariano Escobedo”.

Por ahora, vuelvo a caminar iluminado por los faroles y la luna, en nuestro Central Park.

 

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