Suscribete
 
1022 26 Marzo 2012

Recado al Papa alemán:
Guanajuato no es México

Hugo L. del Río

Monterrey.- ¿Se encontraron ayer en Silao el pueblo de México y Benedicto XVI? No lo sé. El estilo de catolicismo que se estila en Guanajuato es distinto del que conocemos en el resto de México.

Para empezar, entre  el 95 y el 98 por ciento de los guanajuatenses se dicen católicos. Los residentes que no lo son sufren discriminación, están aislados, a menudo se les agrede de diversas maneras.

En la entidad todavía no asimilan bien a bien la separación entre la Iglesia y el Estado.

La sociedad no acepta la libertad de conciencia, la educación laica, el aborto, el divorcio, las relaciones sexuales fuera del matrimonio, la libre opción de la vida sexual y las bodas entre homosexuales.

Guanajuato fue, además, la cuna de los cristeros y del sinarquismo. Quizás Jalisco es el único estado que comparte con Guanajuato esta cultura.

Dados estos antecedentes, se entiende el entusiasmo que despertó la visita del jefe del Estado Vaticano. El Pontífice habló sin comprometerse para nada: ni venganza ni odio, pidió.

Estamos en guerra: muere más gente aquí que en Siria. Esos mensajes difunden derrotismo, sobre todo cuando se refiere a la narcocracia como “un poder prácticamente implacable e imposible de superar”.

Eso no es cierto: marioneta de Washington, este gobierno no quiso derrotar a los capos: eso no significa que sean invencibles.

El Vicario de Cristo nos invita a rezar cuando nos amenaza el peligro o nos hiere el dolor.

La oración y la fe en la Virgen de Guadalupe son la respuesta a la matanza. Cierto: en las trincheras no hay ateos. Supongo que en el Royale y el penal de Apodaca no faltaron ruegos a Dios y a la Virgen.

Sí, es un consuelo, pero no es la solución.

Es bueno y sano pedir la asistencia del Señor, pero al mismo tiempo debemos pelear.

Pelillos a la mar: el líder espiritual de mil millones de católicos no vino a eso. Naturalmente, la Iglesia católica es una aliada natural de Felipe Calderón y el PAN. Pero el apoyo del Obispo de Roma no es gratuito:

En la agenda Roma tiene pendientes la reforma al 24 y el 40 Constitucionales, la educación religiosa en la escuela pública, las concesiones de medios electrónicos que ha estado pidiendo desde hace rato, la otra enmienda al Ordenamiento Supremo para que los religiosos puedan ser candidatos a puestos de elección popular y, por qué no, un Concordato que garantice generosos subsidios y trato preferente a la Iglesia romana.

Ninguno de estos puntos entra en contradicción con la ideología del partido blanquiazul: menos todavía, con las motivaciones espirituales que animan a Felipe Calderón. Veremos.

Parece muy difícil que Josefina Vázquez Mota gane las elecciones, así vaya a bailar a Chalma o a la Plaza de San Pedro; el Estado mexicano es laico desde 1857 y el porcentaje de mexicanos que prefiere un Estado confesional es muy bajo: y, en fin, ventajas de la política tropical: lo que hace un Presidente lo echa por tierra el sucesor.

Como sea, herr Ratzinger vino a agitar las aguas. Se les fue la mano: su vocero, Federico Lombardi, desmintió ayer a Felipe Calderón: el Papa no ser reunió con víctimas de la narcoviolencia, faltaba más.

Su fatigoso viaje no fue para eso. Hoy, el Pontífice romano llega a Cuba: oh, sí: derrochan talento. Saben que la muerte de Fidel será, también, el fin del socialismo a la cubana.

Se están adelantando para preparar el terreno.

Por otra parte, me encantó la nota que José Sulaimán publicó ayer en El Universal. Este rudo promotor de boxeo, luego de darle la bienvenida al Obispo de Roma, escribe que “este país se ha levantado y se seguirá levantando”. A Dios rezando y con el mazo dando.

Pie de página
Argentina recuerda el 30 aniversario de la instauración de la dictadura militar.

Los espadones Jorge Videla y Augusto Pinochet estuvieron a punto de ir a la guerra por la posesión del Canal del Beagle: una fruslería, pero los caudillos saben que la “defensa” de la patria garantiza la docilidad del pueblo.

Intervino el Papa Juan Pablo II y se hizo la paz. Los mal pensados dijeron que el Pontífice romano se entendía de mil maravillas con los dictadores.

Claro: hablaban el mismo idioma.

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 

pq94

La Quincena N?92


15diario.com