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1046 27 Abril 2012

 

EN LAS NUBES
Vergüenza
Carlos Ravelo Galindo

Ciudad de México.- Claro que debería darle vergüenza al gobierno federal cuando en los Estados Unidos descubren que desde  los últimos seis años, en secretarías de estado y gobiernos estatales, hay corrupción para favorecer a Wal-Mart con licencias, autorizaciones, contratos y miles de contrataciones e intercambios comerciales a efecto de consolidar su imperio económico en México, en detrimento de pequeños empresarios  nacionales.

Pero más vergüenza debería darnos a los mexicanos, al ciudadano común y corriente, de que nos enteren cuando ya nada puede hacerse. Vaya, ni castigar a los funcionarios presuntos responsables de admitir dádivas, en dólares, no obstante que don Felipe Calderón Hinojosa reconozca, ante los norteamericanos, que puede ser posible y que ordenó proceder en contra de los culpables, de los corruptos, de los sinvergüenzas con credencial oficial. Pero más vergüenza debería invadirnos cuando sería la Secretaría de la Función Pública quien “investigue y castigue” a los inodados.

Todos sabemos que siempre ha existido tal disposición de la autoridad, y que por más grave que sea el latrocinio oficial, nadie, ni el presidente actual y menos el secretario de la Función Pública, meterá en cintura y menos a la cárcel a sus solidarios colaboradores que, si los encuentran con lupa, sabrá exculparlos, como anteriores casos. México tiene memoria y no olvidará jamás  los fraudes en Pemex, Instituto Mexicano del Seguro Social, Educación Pública, Comunicaciones y Transportes, Desarrollo Social. En fin, qué pasó con los señalados por la Suprema Corte como responsables de la muerte de 49 niños en la guardería de Hermosillo, Sonora, ABC. Uno de ellos, Juan Molinar Horcasitas, entre otros muchos, sigue libre y manda en la jerarquía panista.
También las concesionarias, parientas cercanas de los habitantes de Los Pinos disfrutan de paz y tranquilidad en el extranjero.

Qué vergüenza, palabra, que a don Felipe, en plena capital estadunidense, le echen en cara la corrupción de su gobierno y él simplemente responda que “no lo sabía”, pero que ya ordenó la investigación adecuada. Quién, preguntaríamos, creerá al señor que aún vive en Los Pinos, cuando pontifica, también frente al Poder Legislativo de Estados Unidos, que el éxodo de mexicanos  ha cesado y que disminuye paulatinamente porque en México hay suficientes empleos, que hay tranquilidad, que hay confianza, que hay vigilancia, que hay buenos sueldos, que hay, desde hace seis años, una nueva visión del ciudadano. Hasta aquí se escucharon las risas de los legisladores al explicarles que don Felipe hablaba de México y no de un país europeo, concretamente Suiza.

Como ahora que se da por enterado por un diario estadunidense, The New York Times, de que se  sobornó a funcionarios de su limpio régimen, y a quienes, advirtió enérgico, iracundo, meterá en cintura, al orden y les impondrá castigos ejemplares, a  través de la secretaría de la Función Pública, que entre paréntesis nadie, absolutamente nadie, y menos la Procuraduría General de la República, toma en cuenta. No incurro en falsedad. Tenemos datos concretos, que nadie en nuestro país y el extranjero, que así lo evidencian, desconocen. Cómo podía ser que el que supuestamente dirige los destinos del país, don Felipe, pudiera ignorar tanto latrocinio, aunque sus más cercanos colaboradores le informen que “la ayuda” prestada a tal tienda favoreció a miles de mexicanos con sueldos bien retribuidos.

Qué vergüenza, en verdad, saber que nos engañan y más aún por los que aún aplauden a este régimen. Qué vergüenza.

carlosravelogalindo@yahoo.com.mx

 

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