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1056 11 Mayo 2012

 

Diez de Mayo, día de dolor
Hugo L. del Río

Monterrey.- Día de las Madres: jornada de dolor. Arrojamos flores y coronas a la mar en homenaje a nuestros muertos.

Vemos en nuestro Gólgota decenas de miles de cruces y lápidas: los sicarios ríen y aceitan sus herramientas de exterminio: se saben intocables; las madres y sus hombres lloran y marchan por las calles de ciudades rehenes del crimen organizado.

Nuevo León es un rojo goterón de sangre deslavado por una lluvia de lágrimas.

El Diez de Mayo dejó de ser fecha de festejo: son demasiadas víctimas, demasiados desaparecidos, demasiados los matones que siguen libres perpetrando asesinatos y secuestros, demasiado sufrimiento.

“Vivos se los llevaron, vivos los queremos”, gritan miles y miles de mexicanas de una punta a otra de este camposanto que fue nación hasta hace pocos años.

La angustia y la aflicción son papeles accionarios que se cotizan en la Bolsa de Valores: la tormenta de sangre y acero enriquece con dinero sucio a treinta, cuarenta magnates: los capos de todos los capos.

Los magnates cuyos capitanes reclutan para el crimen organizado a niños de doce años.

Los políticos se abrazan, sonríen, firman papeles absurdos, nos dicen que, diezmados, los batallones de pistoleros se repliegan.

Lo peor: se la creen.

El secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, tiene el mal gusto de plagiar una famosa frase de Churchill sin darle crédito al estadista.

“Este no es el principio del fin, pero sí es el fin del principio”, dijo el viejo león de la Britania. “Estamos en el fin del principio”, parodia el patético de Poiré:

Oh, sí, todo está bien. Rodrigo Medina y el de Bucareli se palmean las espaldas: Nuevo León vive en la seguridad.

A nuestra gente de trabajo y estudio la matan, la levantan, la entierran en narcofosas los sayones. Los del gobierno ─policías y militares─ también sacrifican a Huichilobos, mutilan, martirizan.

Y cumplen el rito de la iniquidad: a hombres, mujeres y niños ajenos al delito los infaman, además, al ponerles en la frente yerta ya la marca del narco.

Medina tira a la basura casi dos millones de pesos al día en el ensayo condenado al fracaso por mejorar su imagen. Y nuestra gente cae sacrificada.

Dice Kathleen Fitzpatrick, subsecretaria adjunta de Estado de la Unión Americana: “Las denuncias de violaciones a los derechos humanos cometidas por militares han tenido un aumento increíble, así como las quejas de que funcionarios están involucrados en la desaparición de personas, torturas y detenciones extrajudiciales”.

Esta no fue mañana de vida sino noche de llanto. El tormento de tantas almas desmiente el orgullo de nuestras montañas azules.

Arrojo mi corona a la mar en homenaje a nuestros muertos.

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Señor Ervey Cuéllar: ¿qué hizo con el tránsito que pretendió morder a una policía federal: lo castigó o lo ascendió?

 

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pq94

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