Hoy sólo quería escuchar música
Patricio Juárez Flores

Monterrey.- Pero, chingados, no podemos olvidar dónde estamos, en qué clase de país violento vivimos.

Por ello, fue a todas luces pertinente el diálogo sobre la violencia que se realizó el miércoles en Filosofía y Letras (UANL), cómo ejercicio para mantener en la mesa este tema olvidado, no sólo por el periodo electoral, sino por el hastío, el cansancio, la pesadumbre que genera.

No podemos olvidar que el tema de la violencia debe estar presente en todos nosotros, como referente de una realidad que repudiamos, de un futuro que anhelamos, un futuro distinto al que se dibuja hoy ante nuestros ojos.

Debemos seguir sumando esfuerzos para modificar nuestra realidad. Es imperdonable que sigamos cruzados de brazos, que sigamos escuchando día a día cómo los medios quieren por medio del discurso de una violencia matizada, imponerla como parte de nuestra cotidianidad, de nuestra normalidad. Basta ya.

Es impostergable también que entendamos el significado real de la campaña de muerte emprendida por el gobierno federal.

Los objetivos tácitos de esta guerra nada tienen que ver con el bienestar del país; es por eso que los objetivos explícitos no se cumplen, no son su objetivo real.

Somos muchos los hombres, mujeres, hijos, padres, madres que hemos decidido darnos la espalda.

Es hora ya de voltear a vernos los unos a los otros; olviden al gobierno, las instituciones y autoridades por un momento. Observa a los que caminan a tu alrededor, a los que te acompañan en el día a día, noche a noche. Ahí empieza, ahí está la respuesta.