EN LAS NUBES
Tienen la razón
Carlos Ravelo Galindo
Ciudad de México.- Los estudiantes todos, no solamente de las particulares, tienen la razón al demandar ser escuchados en sus ámbitos o fuera de ellos. Disentir de los candidatos o aplaudirlos. Manifestar su descontento por la estructura oligárquica que los sostiene.
Repudiarlos como un acto solidario con el México que sufre y no en apoyo de ningún partido. No sólo les asiste el derecho, sino la convicción de que mientras se debaten con las mismas manos sucias, saben que uno, el de la mayor ventaja, regresa al sitio que perdió por el cansancio de sus simpatizantes. Setenta años de enriquecerse y de manipular a una población que se cansó de ser sumisa.
Pero ahora, en una reflexión casi justificada, reconocen que mientras aquel grupo político tardó siete décadas en llenar sus alforjas, el actual lo ha hecho en una. Vaya en doce años el actual gobierno, sin novedad alguna, ha decepcionado. Que su prometedor futuro no es otra cosa que lo que vivimos en el presente. Un partido que extravió el rumbo y doctrina de sus fundadores por una camada de oportunistas con ansias de poder, que pervirtieron las causas que le dieron nacimiento y credo. Hoy sus mismos partidarios se lo echan en cara.
No debe menospreciarse a nuestra juventud que como un solo ente, sean de derecha, centro, izquierda o de cualquier matiz salen a la calle a reclamar los derechos de un pueblo. Están cansados, pese a su corta edad, de sufrir las impertinencias y desavenencias entre políticos que se reparten los tres poderes. Son catorce millones de jóvenes que por vez primera acudirán a las urnas a votar. No ignoran que la mitad de la población sufre de hambre, falta de tranquilidad, miedo a morir o simplemente frente a un futuro incierto y no promisorio como pretenden hacernos creer los que se arrogan la autoridad.
Hasta el momento ha habido sólo pasión verbal. Pero puede propiciar la violencia física y convertirse en luto y desesperación en la sociedad. Mientas algunos pretendientes a la Silla, pese a ser vilipendiados aceptan críticas y ofrecen escucharlos y compartir sus ideas, otros promueven el encono como vínculo propicio en tiempos de elecciones. Incrementan el rencor, avivan el fuego y pronostican la violencia que tanto ha enlutado a este país. Se olvidan que el “viejo partido de los místicos del voto” extravió el rumbo al ser tomado por oportunistas que si bien infundieron ansias de poder, pervirtieron las causas que le dieron origen en 1938: ética en el ejercicio público y democratización de México. Fue una extática moral que mantuvo muchos años, pero que al asir el poder, cambió radicalmente hasta lograr la división interna entre sus gentes.
Muchos de ellos lo lamentan. Otros se conduelen, pero un grupúsculo pretende, incluso con la violencia, crear conflicto, lo que los jóvenes estudiantes de universidades públicas y privadas, como un solo ser, se oponen y lo manifiesta en las calles en mítines ordenados, sin molestar a la ciudadanía que los vemos con respeto y certeza de aliento. Es la nueva generación que vota. Son catorce millones que ejercerán su voto este primero de julio. Por eso nuestra reflexión.
carlosravelogalindo@yahoo.com.mx
