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1071 1 Junio 2012

 

EU azuza pleito acá
Hugo L. del Río

Monterrey.- Como de costumbre, los vecinos y socios del norte nos dicen lo que está pasando en México. Y vaya que pinta mal el lío. Veamos. En todos los países se da esta rivalidad inevitable y natural entre los servicios armados. Pero una cosa es que el Ejército mexicano y la Armada de México tengan sus diferencias y otra, muy distinta, que los gringos estén echando leña al fuego.

Washington tiene rato de estarse quejando de la tropa de tierra.

El problema se comenzó a convertir en crisis en 2009, cuando el Ejército se negó a obedecer a la DEA: la agencia instruyó a los de verde olivo para que en un condominio de lujo, en Cuernavaca, neutralizaran al capo Arturo Beltrán Leyva.

Los polis norteamericanos recurrieron entonces a la Marina, que les brindó entera satisfacción. A los marinos se les fue la mano: cubrieron el cadáver del narco con billetes.

A casi tres años de la “exitosa operación”, la DEA hace saber que de plano no se entiende con el Ejército mexicano y da a entender que su vínculo con la Marina tampoco anda muy bien.

Vaya irigote: el Estado mexicano libra la guerra contra la droga financiado por la Unión Americana y de acuerdo con sus directivas: muchos balazos, nada de molestar a los señores que lavan dólares sucios.

Ah, y la faena de abrir cartas, pinchar teléfonos y oler la ropa interior es nuestra, nos dicen los estadunidenses.

Y si ahora le levantan la canasta al gobierno mexicano, ¿qué sigue? Lo que sigue es la parálisis absoluta de las fuerzas armadas de aire, mar y tierra.

Claro que los gringos no quieren eso: tal vez los mandos superiores se les pusieron flamencos: los héroes de terrales y mareantes son cadetes abatidos por los gringos y a veces hay que respetar un poco la Historia y la tradición para no perder la figura.

O puede ser otra cosa: The New York Times nos informa de la mala vibra precisamente cuando apenas estamos asimilando los arrestos de generales acusados de colusión con las redes del tráfico de estupefacientes.

Creo que tendremos que esperar a la próxima edición del NYT para conocer algunos detalles de estas intrigas de palacio y cuartel.

Por cierto, salió el peine de Sabritas: Estados Unidos trina de rabia porque los sicarios michoacanos se enteraron que los espías gringos usaban los camiones  para faenas muy ajenas al reparto de papitas.

Pie de página
Empezaron los ingleses: 20 mil policías se unieron a una marcha de protesta en Londres: se solidarizaron con los irritados. Siguieron los alemanes: en Francfort los gendarmes se quitaron los cascos y marcharon con los manifestantes.

 

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