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1077 11 Junio 2012

 

LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
Con y sin Enlace
Edilberto Cervantes Galván

Monterrey.- La improvisación que ha caracterizado el manejo de la educación en el sexenio de Calderón tuvo punto culminante con la rebeldía de sindicato y maestros en cuatro estados de la República.

Se hizo gran ruido mediático por la no aplicación de la prueba Enlace a los alumnos y el rechazo a la evaluación de los maestros. Se dio la impresión de que se estaba violentando algo realmente sustancial para la calidad de la educación.

Se dice e insiste en que lo que no se evalúa no se puede mejorar, de allí que para mejorar la educación se considere indispensable la evaluación. Lo que sucede con Enlace es que no se trata de un sistema de evaluación sino de una simple medición. No basta con medir o con aplicar una prueba si los resultados no se toman como base para el diseño de medidas y estrategias para superar las debilidades y fallas. Así el solo hecho de medir resulta inútil y los malos resultados se utilizan –por gobiernos y organizaciones de interés-  para denostar las actividades que se realizan en las escuelas. 

La prueba Enlace se viene aplicando desde 2006 y desde ese año quedó muy claro que la mayor parte de los alumnos de primaria y secundaria no logran la suficiencia mínima. También se comprobó que estas debilidades no son privativas de los planteles públicos; los alumnos de las escuelas privadas están un poquito mejor o menos peor, pero nada más.

Los resultados de Enlace a lo largo de seis años muestran que no se han logrado avances significativos en el rendimiento académico. Es una reiteración de fallas; y no es de extrañar que así suceda ya que no se hace un análisis técnico-pedagógico de los resultados y mucho menos se diseñan e instrumentan estrategias didácticas para mejorar el aprendizaje. Se siguen haciendo las cosas como siempre y se obtienen los resultados de siempre.

La improvisación en la educación se ha manifestado desde el nombramiento de quienes han sido responsables de la Secretaría de Educación. La secretaria y los dos secretarios que cubrieron la ruta sexenal no contaban ni con el perfil ni con la intención y simplemente dejaron correr lo que ya estaba en marcha, bueno o malo. Los dos primeros con un propósito de trampolín y el tercero como refugio político electoral.

El caso de la Enciclomedia -que venía desde el sexenio de Fox- es un buen ejemplo de improvisación y dispendio. Todo –diseño, licitación, asignación- se manejó en el centro, haciendo a un lado a los gobiernos estatales, no se brindó una adecuada capacitación a directivos y maestros, la instalación en las aulas se hizo como se pudo y al final nunca se dio a plenitud el despliegue tecnológico, no hubo ningún seguimiento académico y la tremenda carga financiera como quiera se hizo efectiva.

Después del fracaso de Enciclomedia, al cuarto para las doce del sexenio, se trató de configurar otro programa para aprovechar las posibilidades de las tecnologías de la información. Con el programa de Habilidades Digitales para Todos la SEP  lleva equipo a las escuelas y también conectividad, así como materiales de producción específicos; aún es prematuro medir su trascendencia.

Otro ejemplo es el de la obligatoriedad del pre escolar. Nadie sabe en que quedó el compromiso que asumió el gobierno federal al promover esa medida. La escasez de recursos fue el primer argumento para decidir que había que llevársela tranquila. Con un lento crecimiento del servicio público educativo la obligación de los padres tendrán que cumplirla contratando servicios privados. Además el modelo educativo en pre escolar se encamina hacia un servicio de pre-primaria (un propedéutico de la primaria) y se aleja cada vez más del enfoque lúdico, con la consiguiente pérdida de identidad.

El Plan de estudios para la educación básica de 2011, que se supone refleja la experiencia adquirida con la instrumentación desde 2004 de la reforma de la educación Preescolar, desde 2006 con la de la educación Secundaria y desde 2009 con la de la educación Primaria, aún no ofrece impacto significativo si lo medimos por los resultados en razón de la misma prueba Enlace.

Ahora con la obligatoriedad de la educación en el nivel medio superior nadie sabe tampoco cómo se va a llevar a la práctica. A este nivel se le dedicó un gran esfuerzo por varios años pero al final se frustró. El gobierno de Calderón se propuso conformar un modelo nacional de media superior, pero el objetivo se diluyó y allí sigue la crisis académica y humana de ese nivel.

La postura hegemónica del SNTE estuvo presente los seis años del gobierno de Calderón; la alianza política del gobierno con el sindicato ha sido reconocida. Así fue como en el 2008 establecieron un amplio acuerdo al que denominaron Alianza por la Calidad de la Educación. Un esquema de colaboración muy amplio que se ha cumplido en forma mínima; justamente allí está inscrito el compromiso de la evaluación.

Todas las culpas van para la maestra, cuando ella sólo es una de dos partes.

Como que se negocia para la foto, para lograr un efecto político y luego no hay mayor preocupación en cumplir lo comprometido.
¿A quién hay que culpar de que en las escuelas privadas de nivel básico no se logre una mejoría sustancial al paso de los años? Allí no están ni el SNTE ni la maestra.

¿A quién hay que culpar de que en la media superior también se presente un serio problema académico? Allí no está la maestra.
La expresión definitiva del Presidente Calderón de ¡Ya estuvo bueno¡ sin duda que refleja enfado y frustración, pero también suena a echar culpas sin asumir la propia responsabilidad de lo que está pasando.

 

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