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1079 13 Junio 2012

 

FRONTERA CRÓNICA
Ejercicio de imaginación
J. R. M. Ávila

Monterrey.- “Si fuéramos tres mujeres las que estuviéramos en este debate”, dijo Josefina Vázquez Mota (olvidándose o ignorándose a sí misma), proponiendo un ejercicio de imaginación, y en seguida se dedicó a describir cómo serían las candidatas de los otros partidos.

Se refirió al candidato del PRI como una mujer muy bien peinada que le gustaba la televisión, con sus mañas (no dijo cuáles) y malas compañías (tampoco dijo cuáles). Supongo que olvidó que en la sociedad en que vivimos no es lo mismo hablar de mañas y malas compañías de una mujer que de mañas y malas compañías de un hombre, y que en ambos casos, ¿cómo soslayarlo?, la mujer sale perdiendo.

Al convertir al candidato del PANAL, aseveró que sería una mujer que tendría que pedirle permiso a su mamá (aludiendo a Elba Esther Gordillo) para expresar cualquier idea. Es decir, convirtió a Quadri en una típica mujer dependiente (¿habrá olvidado que en México las hay por cientos de miles, no necesariamente dependientes de la mamá, y que pueden ejercer un voto de venganza?).

Al referirse a López Obrador como mujer en el debate y candidata del PRD, la dibujó como muy difícil de entender, porque se levantaría amorosa por la mañana y por la tarde nos desconocería, volviéndose poco menos que insufrible e impredecible. ¿Habrá pensado que una buena cantidad de mujeres podrían sentirse aludidas?

Cuando le tocó el turno, Vázquez Mota se definió como la cuarta mujer, como la que ha luchado fuerte y duro, y ahí se detuvo. Es una lástima que haya tenido tanta clarividencia para leer bien en los demás candidatos y se haya mostrado ciega para leerse a sí misma (Es peligroso asomarse al interior, Aute dixit).

No conforme con las descripciones, terminó diciendo: “Sólo me gustaría preguntar en este ejercicio imaginario. Si fuésemos cuatro mujeres, ¿a quién le dejarías encargada a tu familia?”. Bueno, no es necesario pensarlo mucho. Bastaría recordar la guardería ABC, incendiada en 2009 cuando ella formaba parte del malgobierno de Calderón.

Es lamentable que, intentando denigrar a sus contendientes, con su fallido ejercicio de imaginación, la candidata de Acción Nacional, terminara denigrando a millones de mujeres que podrían haber votado por ella. Tarde o temprano se dará cuenta.

No deja de resultar curiosa la manera en que Vázquez Mota insiste en que es mujer, como si eso fuera garantía de un óptimo desempeño político: “Soy orgullosamente mujer”; “Acudo en calidad de lo que soy, de mujer, de madre de familia, de ciudadana”; “Soy una mujer libre porque no tengo complicidades con nadie”; “Soy una mujer con faldas, pero con muchos pantalones”; “Soy mujer de palabra, y para los mexicanos, la palabra de mujer es lo que vale”.

Si se supone que por ser mujer representa la mejor opción para ocupar la Presidencia, propongamos otro ejercicio. Imaginemos ahora que Josefina Vázquez Mota fuera hombre y díganme entonces qué quedaría de ella como política.

La gente que hoy la prefiere, ¿pensaría aún en brindarle su voto?

 

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