Suscribete
 
1099 11 Julio 2012

 

FRONTERA CRÓNICA
Si no nos dejan soñar
JRM Ávila

Monterrey.- “¡No somos uno ni somos cien. Prensa vendida, cuéntanos bien!”, coreaban los manifestantes de la megamarcha efectuada este sábado 7 de julio en las calles de Monterrey, como si supieran que los medios tergiversarían la información.

No se equivocaron. Mientras El Porvenir afirmaba que habían salido a la calle unas tres mil almas y Milenio hablaba, sin comprometerse, de miles; las fotos y los videos daban cuenta de que eran más de diez mil los participantes en la marcha.

La Jornada, más aventurada, hablaba de trece mil manifestantes que recorrieron alrededor de diez kilómetros desde Colegio Civil hasta la Macroplaza, por las calles de Monterrey en medio de un sol y un calor dignos de Comala.

En fin, así ha de ser nuestro destino. Con medios que simulan no saber contar para no morder la mano de quien les paga, la desinformación está que hierve. “¿Cuántos manifestantes diremos que acudieron a la marcha?”, preguntará el patrón, y los mercenarios de la información contestarán: “Los que usted disponga, jefe”.

Por siglos, a los mexicanos nos han representado como gente que se la pasa durmiendo y, ahora que despertamos y soñamos despiertos, seguramente estarán sorprendidos en nuestro propio país y en el extranjero.

No es la primera vez que sucede. Soñamos en 1968, en 1971, en 1988, en 2000, en 2006 y en este 2012. Y aunque una y otra vez asesinaron a nuestros sueños, no perdemos la esperanza. Seguimos poniendo todo nuestro empeño en seguir soñando.

Seguimos soñando que las elecciones fraudulentas se van a invalidar y ya no volverán a presentarse. Seguimos soñando que se investigará a fondo lo de la compraventa de votos mediante despensas y tarjetas PRI-Soriana. Seguimos soñando que podemos elegir a nuestros gobernantes. Seguimos soñando que pueden existir elecciones limpias en México. Seguimos soñando que acabaremos con la corrupción y la impunidad de la clase gobernante.

Le pese a quien le pese, y sin importar que ya una vez nos recriminara Chava Flores en una canción: ¿A qué le tiras cuando sueñas, mexicano?, seguimos soñando.

Estamos en nuestro derecho. Soñamos despiertos porque estamos hartos de despertar y encontrarnos con que la realidad es fiel a los dueños del gobierno.

Seguiremos soñando despiertos, con la esperanza de que un amanecer no muy lejano el dinosaurio ya no se encuentre aquí.
Quien de manera fraudulenta asumirá en diciembre la presidencia, bien haría en atender a esta consigna que se ventiló durante las megamarchas que el sábado pasado surcaron el país: “Si no nos dejan soñar, no los dejaremos dormir”. (No le llevará tanto tiempo leerla, aunque entenderla ya será su problema.)

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 


15diario.com