Suscribete
 
1135 30 Agosto 2012

 

¿Que los Zetas qué?
Hugo L. del Río

Monterrey.- Perdió el estilo, la figura y, lo que es peor, la credibilidad. El general no tiene quien le escriba, pero le sobran críticos de mala leche.

Qué necesidad tenía el comandante de la Cuarta Región Militar, Noé Sandoval Alcázar, de soltar de su ronco pecho la frase inmortal de que los zetas están en la lona.

No se secaba la tinta de las páginas de los diarios cuando los sicarios crearon un arco de muerte que va de Ciénega de Flores a Montemorelos: 31 personas asesinadas en cosa de 24 horas.

Y aquí no hay pistoleros abatidos: son civiles. Quizás algunas de las víctimas tenían relaciones peligrosas, pero estamos hablando de vidas humanas.

Y para ponerle la cereza al pastel, algunos de los mensajes de los violentos son autoría de los zetas.

Qué tal si en vez de perder fuerza, como dice el general, se estuvieran fortaleciendo.

La intervención del alto jefe castrense provoca varias reflexiones. Vamos de menos a más: parece que cayó en la vieja trampa de aceptar una entrevista de banqueta. Se nota que improvisó: no tenía ningún dato a la mano y le falló la memoria.

Error tras error.

Cómo es posible que el comandante de una Región Militar hable con tanta frivolidad, ligereza y desenfado sobre un tema que nos hiere tanto. De entrada, las personas inteligentes y con colmillo político, no aceptan ese tipo de intercambios de preguntas y respuestas.

Se le dice a la Prensa que con gusto se le dará atención en la oficina, donde el entrevistado dispone de elementos de apoyo y consulta.

He tenido mucho trato con el generalato mexicano y lo que veía eran entorchados siempre acompañados de ayudantes que con discreción  aportaban la información o sugerían las respuestas a ofrecer.

Pero el general Sandoval Alcázar se nos fue de pechito a los campos de su Waterloo particular.

Hay tantas maneras de salir del paso bien y hasta con elegancia: simplemente se les dice a los reporteros: “Sin comentarios” y de ahí no te sacan ni el Padre, ni el Hijo ni el Espíritu Santo.

Pero vamos a lo grave. El comandante de una Región Militar tan emproblemada en esta guerra como lo es la Cuarta, debe tener sentido de la realpolitik.

La guerra –y eso es lo que tenemos en las manos— es un fenómeno político, y general que entiende de táctica y estrategia pero es una nulidad en la cosa política no es apto para el puesto.

Otrosí: los medios de comunicación social han conquistado a pulso espacios de libertad –hasta donde les conviene a editores y concesionarios— y la gente, aunque lee poco está pendiente de la tele y la radio.

Y en Monterrey se da la anomalía de que para amplias porciones de la sociedad el discurso de algunos locutores es la Palabra Divina.

Ergo: hacer declaraciones a los instrumentos de apelación a las pasiones colectivas –como los llama Malraux—es tan delicado como caminar sobre un campo minado.

Apuesto doble contra sencillo a que el general no lee a Hemingway.

Lástima, porque el viejón entendía de asuntos de guerra y de problemas de comunicación. Y era un tío sabio.

“Tardé dos años en aprender a hablar y sesenta años en aprender a callar”, escribió.

Contradicen al comandante regional 31 sacrificios humanos en 24 horas.

Olvidemos a Hem y tengamos presente nuestro dicho: En boca cerrada no entran moscas.

Definitivamente, el arca que construyó nuestro Noé de águila y estrellas se hundió de buenas a primeras bajo una pinchurrienta llovizna de tinta y ondas hertzianas.

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 


15diario.com