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1149 19 Septiembre 2012

 

CRÓNICAS PERDIDAS
Interminable fila de esperas
Gerson Gómez

Monterrey.- La vida es una interminable fila colmada de esperas: en el fondo del portal la arenisca brilla: me quedo aturdida con la invitación:

Ghedi rebasa los límites: con tal de lumpenizarnos: forjar cartel de rudos: despertar temas para desarrollar en nuestra obra: iremos a nadar: antes conocí las del Parque España: aún no me ha dicho dónde: sospecho a otra alberca pública: tomamos la avenida rumbo al poniente de Monterrey: en la carretera a Saltillo: nos desviamos antes: a la formación de montañas: La Huasteca: refugio de los indios huicholes: una vez al año transitan buscando a los dioses: encarnados en la piel del peyote: les permiten llegar hasta el santuario: organizar la peregrinación los días santos: para cantarle al oso: al venado: al coyote: en las alucinaciones ellos exhuman lo santo: nosotros: terrenales: buscando refrescarnos: lo veo atrapado en esas paredes altas: el júbilo loco de las sombras:

Deberíamos aprender a rapelear: lo extremo nos viene bien: la estancia con mayor cuidado: se llama adrenalina: la diferencia entre las personas ordinarias con las extraordinarias: el resultado podría parecer ambiguo: la juventud carece de secretos: sólo omisiones: es mejor pedir perdón a permiso: le explico: ha dejado una impresión muy fuerte: su interés por devorar a los competidores le he abierto la puerta a la mirada: no requiere fingir: está calculando: al administrar sus ventajas: son bastante pocos los asistentes al sitio casi privado: es transgresión a mis buenas costumbres:

Nunca he sido estorbosa: mucho menos moralista: pero el color del agua: parece kool aid de mora azul: tal vez no la han cambiado en años: sólo le han dado tratamientos: nuestra presencia no perturba: aun debemos parecerles un poco personajes misteriosos: exóticos: fuera del contexto: de las mujeres con trajes de baño: empalmado con el short de un viejo pantalón recortado: la playera de los partidos políticos: arriba del sostén cubriendo los excesos de la mala nutrición:

Ghedi y yo nos trenzamos: jugueteamos a romper el cautiverio de las ganas: nos acariciamos alternadamente: estamos decididos a cristalear las inhibiciones: desde la alberca observamos la cancha de basket: es una lástima: no tenemos balón: el programa para esta tarde incluye el bautismo: el vértigo de los exhibicionistas: moverles el tapete: oxigenarlos: ser el centro de la merienda: sobresaltarlos con el vacilante encuentro de ultramundo de los sexos: al mismo modo del caracol sobreviviente al rechinido de las llantas:

Al cruzar la avenida con andar parsimonioso: incrementamos la frecuencia cardiaca: una sombra atrapando a la otra: el protocolo está sobre la mesa: acumulamos de los errores la fuerza: descubro del fondo de la piscina una cadena de oro rota: trenzada con un corazón: es obsequio de los guardianes del sitio: me comenta: ninguno de los dos sabemos nadar: pero el miedo no detiene el espíritu temerario: si alguno de los dos sufre calambre o pánico: el otro lo llevará a la orilla: donde los pies puedan posarse en firme: afuera:

La ciudad es la peste negra: donde los samuráis se hacen harakiri: en horario corrido: los edificios envueltos en papel celofán son camarotes submarinos: afuera la ciudad estalla: los piquetes de alacrán: el antídoto: el milagro de la luz: las manos posando encima de otra.

 

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