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1149 19 Septiembre 2012

 

ANÁLISIS A FONDO
El tiempo juega contra la reforma
Francisco Gómez Maza

Las razones neoliberales de Felipe Calderón
La ley actual contra los intereses patronales

Ciudad de México.- Si la mayoría de los diputados de la LXII Legislatura llegase a aprobar la iniciativa preferente de reforma laboral, iniciada por el presidente Felipe Calderón como uno de los últimos y desesperados estertores de su sexenio, los trabajadores perderían los derechos que en el papel les garantiza la Constitución Política.

Sobre todo en los sexenios neoliberales, hablando de la relación obrero patronal, la Constitución, las leyes y los reglamentos no son cumplidos por los patrones, y menos por los gobiernos. Inclusive los gobiernos de izquierda, y particularmente el del Distrito Federal, mantienen a sus trabajadores en la más completa inseguridad e indefensión. Un trabajador, burócrata, no firma contrato de trabajo, no tiene acceso a la seguridad social, no se le pagan vacaciones y cobra sus salarios con recibo de honorarios; no hacen carrera ni antigüedad.

Gobierno y empresarios violentan cada día la ley en todos sus aspectos. Y usted no me dejará mentir. Pero la ventaja es que todos los derechos que deberían ser derechos están por escrito en la Constitución y en la vigente Ley Federal del Trabajo.

De aprobar los diputados de la LXII Legislatura, el gobierno y las empresas particulares pagarían a sus trabajadores por hora; los trabajadores tendrían que pagar su seguro de vida, de atención médica, de vacaciones, de jubilación. Y podrían ser despedidos sin ningún miramiento, alegando carencia de capacidad o cualquier pretexto, exactamente como ocurre en sistemas económicos como el de Estados Unidos.

Claro que la historia de las relaciones obrero patronales nunca ha estado, en la práctica, regida por la ley, como ocurre en todos los asuntos de la vida de los mexicanos. La Constitución Política, creada por las clases dominantes a través de los políticos, es tan confusa que los gobernantes la interpretan a su arbitrio, de acuerdo con sus intereses de clase, siempre anteponiendo los de las clases dominantes.

En defensa de la iniciativa de Calderón, los gurúes de la Secretaría del Trabajo intentan echar en el basurero la actual ley, que aunque es poco respetada es de avanzada en lo que se refiere a los derechos de las partes. Fíje su atención en las consideraciones del Ejecutivo para impulsar las reformas, según un documento de la Secretaría del Trabajo que circula para tratar de convencer de las bondades de la reforma calderonista.

“Las condiciones de hoy son diferentes a las de hace más de 40 años. Sin embargo…
“La Ley Federal del Trabajo vigente sigue siendo la de 1970.
“La realidad ha rebasado el contenido de las normas jurídicas. Sus efectos negativos se ven en los siguientes ejemplos:
“Favorece la estabilidad en el empleo, pero la rigidez en la contratación y movilidad del trabajo desalientan la creación de nuevas fuentes de trabajo formal.
“No promueve la productividad (se premia a la antigüedad y no al trabajador que aporte más y se capacite).
“La Ley ha quedado rezagada respecto a los avances en transparencia y democracia en materia sindical.
“El anacronismo de sus disposiciones provoca dilación en la impartición de la justicia laboral.
“No impone sanciones significativas que inhiban su incumplimiento.
“Se ha abusado de la figura de huelga, desvirtuando su propósito”.

Algún lector podría asegurar que Calderón y sus defensores tienen razón. Y sí la tienen desde el punto de vista de los empresarios.
Pero aún le quedan 11 días al Congreso para decidir.

Obviamente que hay indicadores que juegan en contra de la aprobación de la iniciativa, como el hecho de que todas las fracciones partidistas, menos el PAN, cuestionan seriamente el contenido de la iniciativa, como se vio el lunes durante la comparecencia de la secretaria del Trabajo, y que reseñamos en la entrega publicada ayer martes. En segundo lugar, el tiempo juega también en contra. El que la Comisión del Trabajo dictamine la iniciativa en menos de 10 días podría representar un enorme costo para la Cámara. Y la más importante: qué piensa el presidente electo de la reforma propuesta por Calderón, sobre todo porque será Enrique Peña Nieto quien cargue con los costos políticos. Ya los trabajadores anuncian protestas, manifestaciones y una serie de acciones de resistencia contra el pase de la iniciativa. Qué pasará. No lo sé.

El líder de la fracción parlamentaria del PRI, Manlio Fabio Beltrones, entrevistado ayer por reporteros, aseguró que tanto el gobierno con su iniciativa, como los partidos políticos representados por sus grupos parlamentarios han expresado lo que piensan de la iniciativa y lo que quieren de una reforma laboral: (ojo) “que gire sobre los principios de constitucionalidad, legalidad, respeto a los derechos de los trabajadores, pero también de la modernidad, para conseguir la creación de más empleos dignos y seguros”.

Esto que se dice fácilmente, pero se tiene que construir en un dictamen, y muy de prisa, demasiada presión del tiempo La ruta del dictamen la inició ya la Comisión legislativa del Trabajo,  después de la comparecencia de la Secretaria Vélez Juárez, y de escuchar a todos los grupos parlamentarios.

Pero mejor veremos y diremos…

analisisafondo@cablevision.net.mx

 

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