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1205 6 Diciembre 2012

 

ANÁLISIS A FONDO
¿Carta a Santa Clos?
Francisco Gómez Maza

Muchas “zanahorias” para los mexicanos
Pero a cambio de la reforma fiscal a fondo

Ciudad de México.- El Pacto por México suena a carta a Santa Clos, sólo que al revés. Quien escribe su cartita, el presidente Enrique Peña Nieto, es el que se compromete a darle 95 regalos a los mexicanos.

Pero para que tales presentes se conviertan en realidad, los mexicanos que no pagan impuestos, evaden sus responsabilidades fiscales, las eluden por tramposos y quienes mantienen con Hacienda millonarias deudas por lo mismo, tienen que cumplir. Y Hacienda tiene que dejar de hacerse guaje en la cobranza.

Luis Videgaray Caso, el secretario de Hacienda, no es milagrero. Las tareas pactadas cuestan mucho, pero mucho dinero. Y como dicen en mi terruño, “caso hay”. Bueno. Sí hay, pero está concentradísimo en muy pocas manos. ¿Le gusta el 10 por ciento de la población? O sea, los multimillonarios como “Don Carlos”.

Don Luis tendría que ser implacable con los evasores y elusores del pago de impuestos, y no seguir cargando el peso del financiamiento público en los contribuyentes cautivos y ¡en Petróleos Mexicanos!, y menos sobre el lomo de la población trabajadora, mediante el cobro de los impuestos indirectos, como el IVA (Impuesto al Valor Agregado), que constituye una porción sumamente importante del total de lo que recauda el fisco, y que se “invierte” en el gasto corriente, ese que no produce nada.

Pues nada, que de los 95 compromisos asumidos por don Enrique en el Pacto por México, 47 dependen de reforma hacendaria, una reforma que se ha venido eludiendo desde que David Ibarra Muñoz era el encargado de las finanzas públicas y de la política crediticia, en tiempos de José López Portillo. Peña Nieto tiene que romper con esa irresponsable política que lo único que ha logrado es aumentar la cantidad de pobres.

Todos los compromisos que dependen de la reforma hacendaria (47) implican una erogación de recursos importante. Los 48 que no la requieren, en su mayoría, son de índole política o de cambios menores. Sin embargo, algunos de estos compromisos requieren de recursos como el seguro de vida para jefas de familia, la creación de infraestructura cultural en los estados, el fortalecimiento de las comunidades indígenas, o el multiplicar la actividad de exploración de Petróleos Mexicanos.

Sobre este negocio del Pacto, el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria, cuyo director ejecutivo es Carlos González Barragán, cuantifica los compromisos asumidos por el recién inaugurado retorno del PRI a la presidencia de la república.

Sólo unos cuantos compromisos para ver la magnitud de los buenos propósitos de don Enrique, apoyado por su partido y por la oposición panista y perredista.

El primer compromiso del Pacto –acceso universal a los servicios de salud– se plantea que, para lograrlo, se requiere seguir tres vertientes diferentes:

Aumentar la cobertura: alrededor de 38 millones de habitantes no son derechohabientes en alguna institución de salud. Unificar paquetes de salud: lo que costaría entre 5 y 16.5 puntos porcentuales adicionales del PIB (Producto Interno Bruto), según el paquete de salud que se desee homologar. (Ejemplo: un paquete similar al del IMSS para toda la población costaría 723 mil millones de pesos. Mayor infraestructura en salud: por el tamaño de población, sería necesario añadir aproximadamente 23 mil camas de hospital a un costo de entre 0.64 y 2.8 puntos porcentuales adicionales del PIB.

Para el compromiso número tres: pensión para adultos mayores de 65 años, se prevé un costo de 3 mil 763.5 millones de pesos (mdp). De igual modo se estima un monto de  11 mil 716.9 mdp para lograr cobertura de 80% en educación media superior, y de  33 mil 397.1 mdp para alcanzar una cobertura de 40% en educación superior, según el compromiso número catorce.

Compromiso 73 (No se entregarán más subsidios a la población de altos ingresos): Sobre todo en el sector de combustibles fósiles, el gasto fiscal es altamente regresivo. La mitad de las familias más pobres es beneficiada con el 20 por ciento del subsidio. La mitad más rica se beneficia con el restante 80 por ciento.

Programa de austeridad 2013: se requiere reducir el gasto corriente y sumarle al gasto de inversión. En 2012, el gasto corriente programable fue de 2.196,951.5 mdp (59.27 por ciento del total del gasto presupuestado), mientras que el gasto en inversión física fue de 492,917 mdp (13.30 por ciento).

Algunos compromisos se limitan a ratificar una política, como la propiedad nacional de los hidrocarburos. Otros exploran temas meramente legales, pero que a pesar de ser materia legislativa pueden tener un impacto positivo en el desempeño económico del país. Por ejemplo, el combatir a la corrupción y la delincuencia más eficientemente reduciría los costos de hacer negocios en el país; el permitir que los legisladores hagan carrera política y que existan gobiernos de coalición mejoraría su conocimiento y evitaría curvas de aprendizaje que en sí mismas pueden hacer que el país se retrase en materia de reformas.

Como dice el doctor Héctor Villarreal Páez, director del CIEP, el Pacto por México prepara muchas zanahorias para regalar, pero eso sí, a cambio de una reforma fiscal.

analisisafondo@cablevision.net.mx

 

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