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1248 6 Febrero 2013

 

MALDITOS HIPSTERS
Los que viven mejor
Luis Valdez

Monterrey.- Resulta obvio que a los transas, hipócritas y traidores les va mejor en una sociedad como la nuestra. ¿Sirve de algo la ética, la honestidad y los valores?, ¿resulta más valiente el que se arriesga a que no lo descubran, o el descarado que vive con justicia?

Para empezar, ¿qué es la justicia en estos tiempos? La consecuencia de lo que se hace de manera incorrecta, pero, ¿hay alguna consecuencia? En la mayoría de los casos sí, pero sólo si el que cometió el mal acto es pobre, no tiene influencias o no tiene dinero. Y la mayoría no somos ni millonarios ni tenemos a un familiar en la casa de gobierno o en Los Pinos; nuestra única salida son los moches.

Los que siempre tienen un sobrante para dar moches, son los que viven mejor. Se pasan el rojo y no hay pedo, manejan rápido en zona escolar y no hay pedo, incluso pueden andar con aliento alcohólico y no hay pedo. Claro que nos iría mejor si tuviéramos influencias, porque hasta se nos cuadrarían los de tránsito y los policías.

Los que viven mejor, no sólo están en San Pedro. También viven en casas a oscuras donde venden bolsitas de mota y coca. Andan en camionetas Lobo y se la pasan cobrando piso en negocios que a su criterio funcionan. Ellos viven mejor, a causa del miedo que provocan. El miedo también da influencia.

A final de cuentas vivir mejor no quiere decir vivir más. La vida no vale nada para los que quieren tenerlo todo. ¿Qué es lo que realmente vale la pena?, ¿la familia? Entonces las conclusiones nos llevan directo a esa consideración: ¿qué calidad de vida (en cuánto a seguridad, en cuanto a respeto a su mismo núcleo familiar) tiene la familia de alguien que vive en base a sus moches e influencia?

Me harta hablar de valores. Los valores cambian de acuerdo a las generaciones, y no determinan nuestra calidad de vida más allá de la consideración hacia los otros. La otredad está en crisis, claro, pero esa ya no es cuestión de quién es influyente y quién no. El problema es que quienes viven mejor (según lo que considera la mayoría de la gente), no son las mejores personas que rondan por aquí.

 

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