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1259 21 Febrero 2013

 

En un lugar común
Hugo L. del Río

Monterrey.- Tamaulipas lleva rato de ser un narcoestado. Los capos controlan las fronteras –secuestraron al jefe de la gendarmería de Nuevo Laredo–, les dicen a los editores y concesionarios de los medios lo que pueden publicar y lanzan bombas de mano, a plena luz del día, igual contra la casa del gobernador, Egidio Torre Cantú, que contra el palacio de gobierno.

El atentado de ayer ocurrió a las seis y media de la tarde. Se supone que la sede de la administración estatal está protegida por todas las agencias de seguridad. Y qué pasó. Lo de siempre: nada. Los polis no persiguieron a los, ¿los qué, sayones o terroristas?

Pero Tamaulipas no es la única entidad patrimonio de los capos. En Nuevo León no cantamos mal las rancheras. En dos días aparecieron encajuelados en Ciénega de Flores un AMP federal y uno de sus hermanos. El otro es el responsable policiaco neolaredense desaparecido hace días. Y ahora asesinaron al comandante judicial Gustavo Gerardo Garza Saucedo.

En los países serios, la policía considera que castigar a los autores de este tipo de ataques es un punto de honor. Pero, vamos, aquí asesinaron en el centro de Garza García a Marcelo Garza, entonces director de los ministeriales. La Laguna es otro foco rojo: ahora los malosos incendiaron negocios de la familia de la alcaldesa de Gómez Palacio y en Morelos todavía discuten el gobernador y la comandante de la azulada estatal si los muchachitos de esta última querían matar al procurador o si fueron los escoltas del abogado quienes iniciaron el tiroteo.

Están en juego intereses muy elevados: tanto que la jefa azul públicamente desmiente a su gober, y nada: la dama sigue en su puesto. Don Alfonso la hubiera enviado a la cárcel antes de que terminara de decir la primera palabra, pero la burocracia que nos desgobierna nada tiene en común con aquel señor gobernador. Y ahora qué sigue.

Los cárteles elevan la mira y don Egidio haría bien en irse a Guam o más lejos, si es posible, porque en Tamaulipas nadie lo va a defender.

Sé que repetir que estamos perdiendo la guerra se volvió un lugar común, pero el uso de los lugares comunes confirma que el problema no se ha resuelto. En la peor crisis que ha vivido México desde hace años y años, nos cae la maldición gitana de ser gobernados por mediocres, blandengues y corruptos.

Pie de página
Si algo sobra en México (aparte de la miseria, la corrupción y la violencia) son las quejas contra el IMSS. Pero, qué recurso tendrían millones y millones de mexicanos si, como al parecer quiere el gobierno, se privatiza la medicina.

El IMSS nos da desde la consulta hasta la operación pasando por medicinas y exámenes de laboratorio. Además, nos paga pensión. El instituto cubre la mitad de los servicios de salud pública que se dan o se cobran en todo México. Y forma especialistas.

Este año egresaron más de tres mil doctores de los Cursos de Especialización Médica. Y saldrán más en el catorce. El IMSS “se ha convertido en un referente nacional e internacional en la formación de especialistas”, dijo el martes el director general, José Antonio González Anaya. Es cierto. Y antes de mentar madres, póngase a pensar si puede pagar a médicos, laboratorios y hospitales privados las atenciones que le brinda el Seguro Social.

 

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