Suscribete
 
1268 6 Marzo 2013

 

El heredero del trono
Hugo L. del Río

Monterrey.- El rey ha muerto, viva el rey. Pero, ¿quién es el príncipe heredero? “Chávez entró a la Historia”, publicó en un recuadro de primera página El Universal caraqueño, nada adicto al fallecido Presidente. En su momento, los historiadores darán el fallo sobre la gestión del ex coronel de paracaidistas. Pero el presente es ominoso.

El vicepresidente en funciones de Presidente, el sindicalista Nicolás Maduro, fue ungido como delfín por Chávez antes de partir en su último viaje a Cuba. Pero la constitución dice que al fallecer el jefe de Estado, el presidente del Parlamento, el militar Diosdado Cabello, se hace cargo del Poder Ejecutivo provisionalmente, con el compromiso de convocar a elecciones en un mes.

Maduro tomó muy en serio su herencia política. De entrada, pide “que no haya odio”; en seguida anunció que “todas las unidades militares están desplegadas para proteger la paz del pueblo venezolano”. Y, naturalmente, trabajó la teoría de la conspiración: “El proceso canceroso le fue inoculado” a Hugo Chávez. Está claro que Maduro y Cabello, quien acaba de perder a su madre, se encuentran en ruta de colisión.

Somos países sin madurez cívica ni cultura política. Lo nuestro es el caudillo carismático. El chavismo, escribe Ewald Scharfenberg en El País, “más que una idea se concentra en torno a una personalidad”.

La bendición política de un Hugo Chávez agónico a Nicolás Maduro pasa a ser un mensaje de buena voluntad. El enfrentamiento se dará entre Cabello y Maduro, con la alianza o traición a favor o contra de éste o aquél por parte de quienes formaban el primer círculo en torno al fallecido mandatario: Elías Jaua, canciller; Francisco Arias Cárdenas, gobernador del estado de Zulia; Rafael Ramírez, ministro de Petróleo y Minería y Adán Chávez, gobernador del estado de Barinas. 

La Iglesia católica venezolana hizo un llamado a la paz y la unidad nacional; los sindicatos se pronunciaron en el mismo sentido, pero con el agregado de abrir un gran diálogo nacional. Por lo pronto, el Ejército y la policía están en las calles, evento nada tranquilizador. Los generales venezolanos heredaron de sus colegas españoles el amor al cuartelazo. Es difícil saber si las instituciones armadas actuarán con disciplina institucional o tomarán por asalto el poder.

 

Su nombre :
Su correo electrónico :
Sus comentarios :

 

15diario.com